Para los venezolanos será difícil olvidar cuando Nicolás Maduro anunció que en 72 horas dejaría de circular el billete de Bs. 100 en el territorio nacional, al poco tiempo las pocas oficinas bancarias que estaban abiertas ese fin de semana se llenaron de personas desesperadas por depositar sus billetes a punto de caducar.

Poco tiempo pasó antes de que el desespero se adueñara de miles de personas, y es que después de hacer largas filas por horas, a la intemperie, las entidades bancarias les comunicaban que ante la ausencia de los nuevos billetes del cono monetario, no había en existencia dinero en efectivo para canjearle su dinero, así que debían depositarlo.

Sumado a las fallas en puntos de venta y que los cajeros automáticos siguieran dispensando billetes de Bs. 100 generó que venezolanos se fueran a las calles a protestar  en distintos puntos del país, incluso dejando saldos de fallecidos. Fue ante esta situación de caos que se dio la primera prórroga y por miedo a que el escenario se repita es que las seguimos viviendo.

Esta semana presenciamos cómo los famosos nuevos billetes del cono monetario están siendo entregados en territorio nacional, aunque con denuncias de que no son distribuidos en los estados fronterizos del país. Pero el dato más importante que resalta en ellos es el hecho de que su fecha de impresión que ellos muestran es de Agosto de 2016. Meses antes de que el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV) Nelson Merentes anunciara el 4 de diciembre de 2016 la ampliación de nuestro cono monetario.

Ante esta nueva evidencia, sólo podemos pensar que a la dictadura tenía su guión de caos armado desde hace tiempo, que seguro pensaba que culpando de sabotaje al imperio, la CIA, la iguana come cable y cuanta fábula pudiera echar mano podrían recuperar algunos puntos de popularidad entre sus cada vez más reducido grupo de adeptos, demostrando una vez más que el único interés de la cúpula roja es mantenerse en el poder sin importar cuánto pueden costar al país sus retorcidas artimañas.

Pero a pesar de que vivimos momentos muy oscuros, que hemos sido testigos de cómo la dictadura ejerce un abuso de poder para intentar callarnos, no podemos permitir que la desesperanza invada nuestros corazones, no podemos arrodillarnos antes ellos. Por el contrario es momento de levantar la cabeza, de alzar nuestra voz, de demostrar que somos una mayoría organizada, pacífica y contundente, dispuestos a enfrentarnos a lo que sea para recuperar la libertad de nuestro país.




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