Dirk Nowitzki fue el más buscado por la afición mexicana/ Foto: AFP

A casi 25 años de haberse jugado el primer partido entre equipos de la NBA en México, la afición al básquetbol de este país vivió con furor y pasión el partido de temporada regular que el jueves disputaron los Dallas Mavericks y los Phoenix Suns.

Los Mavericks lograron la victoria 113-108 sobre los Suns ante unos 22.000 espectadores que llenaron la Arena Ciudad de México, que comenzó a latir y a vibrar desde varias horas antes del partido.

«Empezamos desde las tres de la tarde», dijo Óscar, encargado de atender un stand donde se vendieron gorras, camisetas, balones y jerséis. Según Ócar que los jerséis más vendidos son los de Dirk Nowitzki, número 41 de los Mavericks, y el de Tony Parker, número 9 de los San Antonio Spurs.

La espera resultó muy entretenida para la afición, especialmente para aquellos que participaron en las dinámicas y concursos seducidos por la posibilidad de ganar un premio.

Hubo quien, por un balón oficial, encestó 21 tiros consecutivos a tres metros de distancia de la canasta.

Un joven aficionado, Diego, de 14 años, se ganó el derecho a participar por un reloj por haber encestado tres tiros seguidos con un balón más pequeño y en un aro de menor diámetro. «Pensé que estaría más difícil», dijo orgulloso de su puntería.

A falta de dos horas para el juego, la gente se detenía ante una pequeña exhibición de tres jerséis autografiados -uno de Nowitzki y otro de Parker- además de dos zapatos de juego oficiales -uno de 1985 y otro de 1998- así como una réplica del trofeo Larry O’Brian con el que se reconoce cada año al campeón de la NBA.

Gran expectación causaron entre los asistentes las edecanes, especialmente unas que, vestidas como árbitro de básquetbol -con pantalón muy corto y camisetas rayadas a blanco y negro-, invitaban a tragos de tequila.

No fue una noche de fútbol, pero antes del juego fue un futbolista el que llamó la atención de los aficionados. Francisco ‘Maza’ Rodríguez, mundialista mexicano en 2006, 2010 y 2014, no pudo pasar desapercibido, lo delataban sus 1,91 metros de estatura.

Luego de tomarse no menos de 30 fotos con aficionados que lo reconocieron, el ‘Maza’ Rodríguez por fin pudo comprar su jersey de Nowitzki, se lo puso y, acompañado, de su familia ingresó a la arena para ver el juego.

Aunque en el duelo se toparon los dos zagueros de la Conferencia Oeste, la gente vivió la velada con pasión, celebró los puntos anotados, disfrutó de las coreografías de las porristas en cada tiempo fuera e hizo escándalo hasta ‘reventar’ el medidor de ruido que se proyecta en las pantallas de la arena con la invitación de «hagan más ruido».

Después del partido, la Arena Ciudad de México quedó a la espera de una nueva salida de los Phoenix Suns, que el sábado volverán a ser locales, ahora ante los Spurs de San Antonio, que marchan entre los líderes de la Conferencia Oeste.




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