(Foto AFP)

Ni la lluvia ni el cansancio: nada le quitaba energía a los cubanos que celebraban ininterrumpidamente desde la noche del viernes la muerte de Fidel Castro, en la Pequeña Habana de Miami.

Cantando y bailando, los cubanos festejaron por segunda noche consecutiva frente al emblemático Café Versailles de la calle 8, que durante décadas fue el lugar de encuentro de la comunidad cubana en el exilio —aunque raramente para celebrar.

La fiesta comenzó a medianoche del viernes, se prolongó durante todo el sábado y continuaba este domingo. Aunque las calles se abrieron al tráfico brevemente en la mañana en un esfuerzo de las autoridades de recuperar la normalidad, debieron cerrarlas de nuevo en la tarde.

«No me canso de celebrar porque parece mentira, nunca pensé que este momento iba a llegar», comentó Delsy, que no quiso dar su apellido.

Una pareja cantaba Guantanamera con micrófono y amplificador, otros coreaban a ritmo de cacerolas «La vida es un carnaval» y un corro voceaban «¡Fidel, tirano, llévate a tu hermano!».

Fidel Castro murió la noche del viernes en La Habana a los 90 años, anunció su hermano Raúl, actual presidente cubano.

En tanto, los cubanos del exilio convocaron a manifestar «por la libertad y la democracia» el miércoles en Miami.

El acto coincide con el momento en que comenzará en Cuba la procesión de las cenizas de Fidel Castro por la isla, para que 11 millones de personas le rindan tributo.

«Murió el tirano pero sigue la tiranía», comentó Orlando Gutiérrez, de la Asamblea de la Resistencia Cubana.

En tanto, un pequeño grupo de las Damas de Blanco exiliadas en Miami marchó este domingo en la calle que desde la semana pasada lleva su nombre.

«Adiós Fidel»

También en Pequeña Habana, la clásica discoteca de salsa Ball & Chain ofrecía descuentos y promocionaba un nuevo coctel: «Adiós Fidel».

El lugar estaba atiborrado la noche del sábado. La calle, llena de bares y restaurantes cubanos, lucía llena de vida a altas horas de la noche, «mucho más de lo normal», según la mesera de un restaurante.

En una esquina cercana, frente al Parque Dominó donde todas las tardes juegan los jubilados cubanos, algunos de ellos discutían, al sereno, sobre el futuro de la isla.

«Ahora tenemos una esperanza los cubanos, que ya sin Fidel se va a caer su comunismo y si Dios permite podremos regresar a nuestro país libre», comentó Vicente Abrez, de 65 años.

La continuidad de Raúl Castro en el poder no desanima a los acérrimos anticastristas que emigraron de la isla.

«No creo que va a cambiar mucho, pero es una luz a la salida del túnel, es algo», dijo Leticia Gallo, una terapeuta de 44 años que llegó a Miami hace siete con un hijo pequeño.

Según el Centro de Investigación Pew, hay dos millones de cubanos en Estados Unidos, 68% de ellos en Florida y la mayoría en Miami.

Rezando por Cuba

En la Ermita de la Caridad del Cobre -la patrona de Cuba-, se celebró una misa inusualmente concurrida y oficiada por el propio arzobispo de Miami, Thomas Wenski.

«Fidel Castro se murió. Ahora le toca a él el juicio de Dios que es misericordioso y también justo», dijo el prelado. «Que Santa María de la Caridad escuche al pueblo y adelante para Cuba la hora de la reconciliación».

La ceremonia fue solemne y estuvo lejos de ser celebratoria, pero algunas señoras se enjugaban las lágrimas en la nave.

Los artistas cubanos también alzaron su voz. El productor musical Emilio Estefan, esposo de la estrella de la salsa Gloria Estefan, exclamó: «Por Cuba, un nuevo amanecer con un nuevo sol lleno de esperanza».

El salsero Willy Chirino participó en la fiesta de Miami el sábado y los músicos Arturo Sandoval, Paquito D’Rivera y Jon Secada saludaron a los exiliados cubanos. Castro «separó a nuestro pueblo y nos hizo odiarnos mutuamente», dijo Sandoval.

También el alcalde de Miami, Tomás Regalado, dio su apoyo a los festejos de los exiliados cuando visitó la manifestación la tarde del sábado.

«Los cubanos tenemos el derecho de celebrar este día», comentó a periodistas, pidiendo a la comunidad latinoamericana «que no critique a los cubanos por celebrar y que entiendan lo que esto significa».

El gobernador de Florida, Rick Scott, dijo en un comunicado que se unía «a los cubanoamericanos de todo el país que están increíblemente esperanzados por el futuro de Cuba».




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