Familiares, amigos e hinchas asisten este domingo al sepelio del presidente del club brasileño Chapecoense, Sandro Luiz Pallaoro, realizado en la ciudad de Chapecó (Brasil). Pallaoro es una de las víctimas del accidente del avión que transportaba a la plantilla del Chapecoense la noche del lunes hacia Medellín, Colombia. EFE

El presidente del Chapecoense, Sandro Luiz Pallaoro, fallecido en el accidente de avión del pasado lunes que transportaba al equipo brasileño con destino a Medellín, recibió este domingo sepultura en Chapecó rodeado de su familia y amigos y de decenas de coronas de flores.

A pesar de que su ciudad natal es Pato Branco, en el estado de Paraná (sur), Pallaoro fue enterrado en Chapecó, ciudad sede del club catarinense, que presidía desde 2008.

Una multitud arropó a la familia en el cementerio «Jardim do Eden», situado a unos 5 kilómetros del estadio Arena Condá, donde este sábado se realizó un homenaje multitudinario con los 50 féretros de las víctimas relacionadas con el Chapecoense y en el que participaron el presidente de Brasil, Michel Temer, y el máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino, entre otras personalidades.

Algunos de los familiares llevaron en el camposanto el segundo uniforme del equipo, de color blanco, y otros, como su mujer, Vanusa Pallaoro, vistieron una camiseta con la foto de Sandro Luiz y debajo el mensaje «Sueñe sin límite y crea con todas las fuerzas #vaiChape».

Además de las decenas de coronas de flores que rodeaban el ataúd, los familiares también portaron rosas rojas y amarillas que dejaron sobre el féretro en un momento de intensa emoción para todos los asistentes.

A bordo del avión de la aerolínea boliviana Lamia viajaban 77 personas, 71 de las cuales fallecieron, la mayoría integrantes de la primera plantilla del Chapecoense, gran parte de la directiva del club, entre ellos Pallaoro, y la práctica totalidad del cuerpo técnico.

El accidente se produjo la noche del lunes a escasos kilómetros del aeropuerto José María Córdova, cerca de la ciudad colombiana de Medellín, donde el Chapecoense tenía previsto jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional, la primera de su historia en un torneo internacional.

El sueño de Pallaoro era ganar una Copa Libertadores con el equipo de Chapecó, ciudad en la que vivía desde 1994 y donde además de dirigir al apodado «Huracán del Oeste», era propietario de una empresa distribuidora de frutas.

Su buena gestión con el equipo brasileño y su empresa le valió para ganarse el título local de «Empresario del año 2015», otorgado por la Asociación Comercial e Industrial de Chapecó (ACIC).

En sus años al frente de la administración, el Chapecoense pasó de tener en 2009 unos ingresos anuales de 1,5 millones de reales (unos 432.000 dólares) a registrar el año pasado unas ganancias de 40 millones de reales (unos 11,5 millones de dólares).

Durante su mandato, el Chapecoense ascendió a la máxima categoría del fútbol brasileño y disputó en los dos últimos años la Copa Sudamericana: en 2015 fue eliminado en cuartos por el River Plate argentino y este año llegó a esa histórica final frente al Atlético Nacional colombiano, que nunca pudo llegar a disputar.




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