Ricardo Maldonado siempre fue fiel a sus ideas de hacer de la sociedad donde se desenvolvía un lugar mejor para vivir. Militante de la izquierda cristiana desde sus primeros años de dirigencia política, participó activamente en las reformas que exigían los estudiantes venezolanos a finales de la década de los 60, inspirados en el Mayo Francés.

El profesor universitario y exrector de la Universidad de Carabobo en dos ocasiones, falleció el jueves por la noche al sufrir un infarto mientras conducía su vehículo por la avenida Monseñor Adams de El Viñedo, donde chocó contra un árbol. El velorio será desde 1:00 p.m. de este 23 de diciembre en la funeraria Crepúsculo, en Naguanagua.

Una de las imágenes más famosas de Maldonado, recuerda su amigo por años, Julio Castillo, es cuando fue detenido y llevado a Puerto Cabello, tras la toma de mes y medio del rectorado de la Universidad de Carabobo, en aquellos años en que los jóvenes exigían activamente una renovación académica en base a las experiencias en otras latitudes.

Compañeros desde la juventud agitada, aunque en organizaciones y en facultades diferentes, Castillo trabó con Maldonado una amistad que perduró a los años. Lo recuerda de aquellos tiempos como un estudiante dedicado e inteligente, que se graduó con honores como contador público y en el tiempo requerido, como ocurría antes en el caso de los dirigentes estudiantiles.

Siempre fue jovial y un gran amigo que nunca se separó de sus ideales, incluso después de graduarse. De hecho, Maldonado se unió al Grupo de Acción Revolucionaria y siguió muy cerca de la gente su trabajo político.

Castillo, que fue alcalde de Naguanagua, recordó una de las tantas anécdotas chistosas que vivió con Maldonado. Era la campaña electoral como aspirantes al extinto Congreso y subieron a un autobús para repartir volantes. El chofer, que no gustaba de sus ideas revolucionarias, no quería permitirles realizar la sencilla actividad, por lo que dieron un mitin improvisado que recibió aplausos. Ante la insistencia del conductor de que se bajaran del transporte, un pasajero lo invitó a bajarse él y condujo la unidad hasta la otra parada, a donde debió llegar corriendo el chofer.

Ricardo Maldonado estaba casado con María Luisa Aguilar, quien también fue rectora de la UC, y con la que tuvo cuatro hijos, todos varones: Ricardo José, Juorge, Julio y Juan Ricardo.

Maldonado se hizo profesor, fue coautor de un libro sobre Contabilidad junto a Marfa Olivo de Latouche, editado en 1989 y fue rector de la Universidad de Carabobo en dos ocasiones: entre 1992 y 1996 y entre 2000 y 2004.

El profesor Ulises Rojas, hoy vicerrector académico de la UC, pero en los últimos dos años de Maldonado como rector decano de Odontología, relató la adición al trabajo que tenía y su insistencia en la calidad académica de la institución.

«Nos reuníamos los domingos en la noche para escuchar opiniones y problemas de personas que no estaban en el equipo y el lunes ya había que trabajar en las soluciones, pues el martes había que hacer el balance», recordó.

El vicerrector definió a Maldonado como un hombre sencillo y complejo a la vez, entregado totalmente al trabajo.

Era un hombre que quería a la universidad y al universitario. Velaba por que los profesores se prepararan y le encantaba hacer acuerdos con otras casas de estudio, nacionales o internacionales. Ulises Rojas contó lo incisivo que era cuando visitaron juntos instituciones de Colombia buscando apoyos.

«Es gracias a Maldonado que la UC tiene la Ciudad Universitaria, la más grande del país, después de la de la Universidad Central de Venezuela. Y el resto lo desarrolló María Luisa».

De su primer periodo, la periodista Beatriz Rojas lo recuerda como una excelente persona. Allí fue cuando lo conoció, cuando sustituyó a Elis Mercado en la casa colonial de la avenida Bolívar, donde funciona el rectorado de la UC. Ella siempre recibió un trato cordial y amable de Maldonado, por lo que se hicieron amigos.

Fuera de la rectoría, se dedicó más al trabajo político en el sur de Valencia y se le veía a menudo en labores de logística, antes, durante y después de cualquier elección a cargos públicos, fuera él o no uno de los aspirantes.

En 2016 fue propuesto para liderar la Mesa de la Unidad Democrática en Carabobo, cuando Rubén Pérez Silva dejó el cargo en marzo de ese año, pero no hubo el consenso entre partidos que los estatutos que el mecanismo opositor estableció para tal nombramiento, por lo que no llegó a asumir el cargo.

Rojas destacó la entereza de Maldonado en ese episodio amargo. En la juramentación de Carlos Santafé estuvo presente, firme. “No se alejó de la MUD, siguió su trabajo político, se le veía en toda actividad opositora: marchas, reuniones, protestas”.

La comunidad carabobeña se ha mostrado triste por la muerte de un brillante dirigente y gerente, como lo definió el vicerrector académico de la UC, Ulises Rojas, en su Twitter. En las redes sociales abundan los mensajes de condolencias.




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