Me cuento dentro de los ciudadanos venezolanos que buscan en la fe la paz interna. Trato de indagar en lo divino alguna inspiración, esto es, encontrar la luz para avanzar y no sentir que seguimos dando vueltas en un círculo. Cuando pensamos estar cerca de la salida, de repente nos tropezamos con la puerta de entrada, lo que indefectiblemente nos hace transitar por la misma ruta de la calamidad. Caminos inciertos que nos atormentan.

En el país, nuestro futuro es dudoso. Al parecer todo es aleatorio. No hemos podido construir una verdadera hoja de ruta; los intereses individuales nos desvían del camino hacia la prosperidad y nos hacen retroceder.

El lente político partidista distorsiona la visión. Para ciertos dirigentes políticos “su” Venezuela no es la misma que la que anhelamos millones de ciudadanos. La ven como un territorio a conquistar para hacer de ella su reinado. Por eso, dentro de la misma oposición hay rencillas, porque piensan que el que clave la bandera de la conquista se apoderará de la comarca. Así lo veo y lo siento. Ven a los demás ciudadanos como compañeros del mismo equipo libertario y democrático en tanto y en cuanto no brillen con luz propia o no le olfateen aspiraciones de ocupar algún cargo, pues le execran, o al menos lo tratan de opacar. Lo hemos visto y sentido muy de cerca.

A esos dirigentes que ven la política de esa manera debemos decirles que están muy equivocados. Eso para cualquier ciudadano sinceramente comprometido no es hacer política para lograr el bienestar de sus conciudadanos sino es hacer política para ocupar un lugar que los haga sentir reyes.

Malos gobiernos, y este.-

Hemos padecido de malos gobiernos. Desde luego, unos peores que otros, por ejemplo el que sufrimos con Nicolás Maduro hasta ahora, pienso, es insuperable por su ruindad. Pero lamentablemente seguirá donde está mientras desde la oposición también manejemos métodos ruines para intentar desalojarlo. No me refiero a lo que hizo la Asamblea Nacional de haber decretado el abandono del cargo, que desde hace tiempo lo ha debido hacer, eso fue un acierto político. Cuando señalo los métodos ruines es precisamente pensar que la razón la tiene una sola organización. Es mentira que hay unidad. Lo he escrito miles de veces: la “única” unidad que he percibido es la que han procurado construir en torno a individualidades u organizaciones, pero no en el propósito de transformar a Venezuela en una nación de todos.

Este régimen nos ha dividido y empobrecido en todos los aspectos. De lo que siempre hablamos es del empobrecimiento material. Nos han convertido en un país donde habitan más de treinta millones de pobres. Es necesario que entendamos que la pobreza económica no es tan preocupante como la pobreza espiritual, lo cual lesiona nuestros valores ciudadanos. Somos menos solidarios, menos responsables, sin estima muchas veces al respeto y ni siquiera a la dignidad. Otro severo daño que hemos sufrido es que también este socialismo del Siglo XXI ha torpedeado la línea de flotación de la educación y eso ha provocado que estemos naufragando en un profundo mar de la ignorancia.

El régimen lo ha sabido hacer. Por lo general los malos son muy buenos haciendo el mal, mientras que a los buenos se les dificulta hacer el bien.

Simulacro bufo.-

No nos sorprendemos por nada de lo que hace el régimen. Por ejemplo, el sábado catorce de enero, el “ejército zamorano” –hasta el nombre es bufo- ejecutó unas maniobras militares simulando una batalla contra un enemigo imaginario. En este caso, a los “gringos” (fue una defensiva anti imperialista). Supuestamente se demostró lo fuerte que somos ante cualquier enemigo externo. Vaya estupidez, que desgraciadamente hay personas ingenuas e incultas que se creen esa soberana pajuatada.

Mientras los ingenuos celebran nuestra “fortaleza” castrense, no piensan en el hambre que desnutre y asesina a miles de niños y adultos que viven en Venezuela y que no son adversarios internos ni mucho menos externos del régimen, aunque éste por su omisión los trate como enemigos condenándolos a una muerte silenciosa.

Educar para liberarnos.-

No podemos quedarnos en el lamento. Hay que construir el camino de la libertad y de la prosperidad. Y les confieso que no conozco un camino distinto al de la educación. En Venezuela hay muchísimas reservas morales que pueden incorporarse en ese noble contingente de libertadores. Solo basta en comenzar a convertirse en predicadores, en educadores. Fomentar encuentros en todos los rincones del país, hablándole a los ciudadanos de Venezuela y de sus potenciales, y que estamos así no solamente por los malos gobernantes sino por nuestra comodidad. Las escuelas, los liceos así les cambien el currículo jamás podrán acallar las voces de los maestros y profesores. Nosotros los universitarios tampoco podemos quedarnos en el reclamo de un justo presupuesto, tenemos que salir a las calles con la fuerza de la razón. Si queremos ser libres pues trabajemos por la libertad. Somos millones de venezolanos que no estamos conformes con lo que han hecho con nuestro país. No tengamos miedo de educar, de impulsar la esperanza a través de la palabra. Tengan la seguridad de que si cada uno de los inconformes o indignados comienza su tarea libertaria, será mucho lo que lograremos. No esperes al líder, no esperes a un mesías: eres tú quien debe liderar los cambios.

@pabloaure

 




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