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Las repercusiones para Latinoamérica de tener a Donald Trump como presidente de Estados Unidos mantienen en incertidumbre a los líderes gubernamentales. Al conocer los resultados, el ahora presidente electo hizo una profecía: “Nos llevaremos bien con todas las naciones dispuestas a llevarse bien con nosotros. Pero surgen grandes incógnitas sobre lo que será su relación con Venezuela, tras sus comentarios durante la campaña.

“El próximo presidente de Estados Unidos debe solidarizarse con toda la gente oprimida en nuestro hemisferio, y yo defenderé a los venezolanos oprimidos que desean ser libres”, dijo en Miami el 17 de septiembre durante un mitin, en el que calificó al país como “rico en recursos, vibrante y bello, lleno de gente trabajadora e increíble, pero llevado a la ruina por los socialistas”.

Ciudadanos protestan contra el resultado electoral que dió a Donald Trump, el candidato republicano, como presidente de Estados Unidos. Foto EFE
Ciudadanos protestan contra el resultado electoral que dió a Donald Trump, el candidato republicano, como presidente de Estados Unidos. Foto EFE

El abogado internacionalista Kenneth Ramírez cree que Venezuela dejaría de ser una prioridad para los Estados Unidos, pero no para la comunidad internacional. En su opinión se puede esperar  de Trump un gobierno que centrará su política exterior en la defensa de sus intereses, como neoaislacionista, que no va a defender grandes banderas o causas, no se va a involucrar en conflictos por razones humanitarias, salvo que estos se reposicionen en la agenda y amenacen su seguridad.

se puede esperar  de Trump un gobierno que centrará su política exterior en la defensa de sus intereses

La suspensión del referéndum revocatorio y el irrespeto a los derechos humanos no es tema prioritario para Trump. El especialista cree que estaría más enfocado en México, que juega un papel fundamental en inmigración y las relaciones con Cuba.

El tratamiento del magnate hacia Latinoamérica podría producir una polarización en la región. Ramírez aseguró que si realmente Trump llega a cumplir sus promesas como candidato, Venezuela podría volver a jugar con la retórica del enemigo externo y con el discurso antiimperialista para tratar de recomponer la legitimidad que ha perdido en la región. “Esto sería beneficioso para reactivar el bloque de izquierda en América Latina porque los planteamientos del presidente electo son equívocos”.

 

JUNTOS PERO NO REVUELTOS

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos han ido en constante declive desde 1999, cuando el candidato Hugo Chávez asumió la presidencia. Poco importó que el país norteamericano fuera el principal socio comercial de la nación. La marcada diferencia entre los criterios e ideales de ambos gobiernos no mejoró la relación con George W. Bush, el entonces presidente de norteamérica, a quien Chávez apodó “mister danger” (señor peligro) y lo  calificó como “burro”, acusando a su gobierno años después de financiar un golpe de Estado en su contra.

Quién no recuerda la famosa frase “ayer estuvo el diablo aquí en este mismo lugar; huele a azufre todavía”, que pronunció Chávez durante la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas en el año 2006. Pero las ofensas no se quedaron solo en palabras. Pronto se tornaron en acciones, como  la expulsión del embajador estadounidense Patrick Duddy en 2008, o la de funcionarios de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el regreso del embajador venezolano Bernardo Álvarez.

Hubo expectativas sobre un cambio en la diplomacia de los países al asumir Barack Obama en 2009, sobre todo cuando el presidente Chávez mostró interés en forjar una amistad con el mandatario estadounidense, durante la V Cumbre de las Américas. El acercamiento nunca llegó a concretarse, en medio de constantes enfrentamientos por el precio del petróleo.

En los últimos 17 años ha habido conflictividad entre ambos países, fundamentalmente por el irrespeto del régimen de Hugo Chávez y el de Nicolás Maduro a los valores democráticos y a los derechos humanos, pero Ramírez opina que el historial de altibajos en la relación bilateral no es prioridad para Donald Trump.

Sobre el decreto del gobierno de Obama contra funcionarios venezolanos, Ramírez estimó que se debe esperar el nombramiento del gabinete de Trump y las relaciones que pueda tejer en el congreso, dominado por republicanos con los cuales ha tenido problemas como Paul Ryan y Marco Rubio.

Los ciudadanos norteamericanos le dieron un voto de confianza a Trump el 9 de noviembre. Foto AFP
Los ciudadanos norteamericanos le dieron un voto de confianza a Trump el 9 de noviembre. Foto AFP

TRUMP CONTRA EL MUNDO

Pocos esperarían que un magnate en bienes raíces y dueño de casinos emprendiera la contienda presidencial en un país de primer mundo, pero lo más impresionante fue el apoyo que recibió de grupos antisemitas y xenófobos, como el Ku Klux Klan.

La politóloga y titular de la cátedra de Política Internacional de la Universidad de Carabobo, Alicia Montiel, manifestó que el discurso de Trump estuvo basado en el resentimiento, lo que generó descontento y división.

lo más impresionante fue el apoyo que recibió de grupos antisemitas y xenófobos

El miedo a una nueva intolerancia racial, social o religiosa por el discurso y los hechos alrededor de la campaña, como la quema de la iglesia de afrodescendientes en Greenville (Misisipi), o la construcción de un muro en la frontera con México, despertaron alertas en la comunidad latina.

El trato del candidato hacia a las mujeres, en un país donde la mujer juega un papel importante en el desarrollo social es inaceptable. “Esto le costó al magnate el apoyo de un grupo de legisladoras de su partido”.

En cuanto a las similitudes entre el presidente electo de Estados Unidos y Chávez, la profesora cree que no van más allá del populismo, la retórica afable y aparentemente cercana que implementaron, prometiendo cosas que no iban a poder lograr. “No existe punto de comparación entre las situaciones y el contexto de cada uno. Aunque el neoyorkino elogió a Chávez por tomar en cuenta a mucha gente ignorada”.

 

DESPERTAR DEL SUEÑO DEMÓCRATA

La derrota de Hilary Clinton, Montiel la atribuye a sus antecedentes como secretaria de Estado y al hecho de que su amplia trayectoria en el ámbito político pudo generar una expectativa de continuidad, sin cambios radicales. “Pensar que podría seguir las políticas del presidente Obama pudo generar desinterés en el pueblo estadounidense, a la par de los escándalos pasados y presentes que rodearon su carrera política, como el tan sonado caso de los correos expuestos por la Oficina Federal de Investigación (FBI) que comprometieron su liderazgo, días previos a la elección.

Montiel reconoce que Clinton representaba para Latinoamérica la oportunidad de reforzar relaciones. En su cruzada por la presidencia se mostró abierta a las políticas migratorias, lo que generó esperanzas en millones de indocumentados residentes en la nación norteamericana.




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