La recuperación de Wilson Ramos podría extenderse hasta mediados de temporada./Foto: Las Mayores

Las Mayores

De no haber sufrido una lesión de rodilla tan significativa a fines del 2016, tal vez Wilson Ramos habría extendido su brillante trayectoria por muchos años con los Nacionales de Washington, pero las circunstancias han derivado en un nuevo comienzo para el venezolano, esta vez con los Rays de Tampa Bay.

Ramos ha firmado extraoficialmente un contrato por dos temporadas y $12.5 millones con los Rays, un pacto que se haría oficial una vez pase el respectivo examen médico.

A lo mejor muchos aficionados se preguntarían por qué la dimensión de pelotero que tiene Ramos no lo encamina ahora a un pacto más lucrativo, pero el motivo es el mismo de su salida de la novena de la Capital: pudiera no estar recuperado totalmente como catcher hasta bien entrada la justa del 2017.

«Es un tremendo tipo, es un ‘Búfalo'», elogió el dirigente de los Nacionales, Dusty Baker. «Odio perderlo, pero los negocios son los negocios. En la Florida lo van a adorar.

«Es un tipo que justamente le estaba dando un viraje [positivo] a su carrera», analizó Baker. «Uno de los días más tristes que he vivido en toda mi trayectoria y definitivamente el año pasado fue cuando lo tuvimos que sacar cargado del terreno. De esa manera, no pudo intervenir en los Play-Offs y no iba a poder sacarle mayores beneficios a la gran campaña que estaba disfrutando hasta ese momento».

De 29 años de edad y operado exitosamente de la vista entre las temporadas del 2015 y 2016, cirugía que le permite ahora ver mucho mejor la pelota a la hora de batear, Ramos tuvo en muchos sentidos la mejor temporada de lo que va de su trayectoria en la cumbre del diamante.

En 523 turnos, el otrora prospecto de los Mellizos de Minnesota bateó .307, con 22 jonrones y 80 carreras impulsadas en el 2016, antes de lesionarse la rodilla. El tiempo de recuperación de la cirugía que le hicieron no se mide en semanas, sino en meses, pero a favor de Ramos valga subrayar que ha venido trabajando bien fuerte prácticamente desde que le dieron el visto bueno para que pudiera hacerlo.

«Ha aprendido a batear», destacó Baker. «Era mi jugador ideal para disparar ese hit impulsador clave con dos outs a la pradera derecha, ese tipo de bateador va desapareciendo de la pelota. Ha aprendido a conectar ese palo a la hora buena que te puede ganar un juego, a lograr el elevado de sacrificio necesario, a impulsar enormes carreras. Le deseo lo mejor de lo mejor».

A lo mejor esa relación maravillosa entre dirigente y pelotero en un mismo equipo no hubiera terminado tan abruptamente, pero la necesidad de los Nacionales de ser contendores desde comienzos de la temporada los embaló a adquirir de los Padres de San Diego a Derek Norris, un receptor que estará en condiciones plenas de trabajar como tal desde inicios de la campaña del 2017.

Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores y ese pudiera ser el caso de los Rays, que tal vez no disponían de los recursos para firmar un pelotero de la talla de Ramos en condiciones «normales».

A lo mejor pudieran sacarse la lotería de una forma mejor a la imaginada si el venezolano está en condiciones de adelantar su aporte al equipo antes de lo previsto como bateador designado, una regla que por supuesto no existe en la Liga Nacional.

De paso, por la forma vez como va evolucionando físicamente -ha publicado en redes sociales imágenes que hablan a las claras de la manera ardua cómo ya trabaja en la sala de pesas- pudiera estar ya fuerte en su posición favorita desde mediados de campaña y por supuesto para toda la justa del 2018.

«Hemos dicho desde el comienzo de la postemporada que estamos en el mercado en busca de un receptor», reconoció el dirigente de los Rays, Kevin Cash, quien prefirió no hablar de la forma en la que pudiera usar a Ramos ya que no se había concretado aún la firma oficial del venezolano. «Él es uno de los que teníamos en mente. Nos gustan las cosas que él puede hacer.

«Nos gusta su perfil a la ofensiva y antes de su lesión había sido receptor en más de 120 juegos por años seguidos», manifestó Cash. «Encontrar tipos con la capacidad de hacer eso (ser catcher de primera línea y de paso bateador de gran consistencia) no es fácil. El juego ha venido cambiando y uno ya no ve a menudo ese tipo de pelotero».




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