Al reflexionar sobre el Día internacional de Trabajador, el presidente del Colegio de Enfermeras del Estado Carabobo, Julio García, sostiene que la fecha es una oportunidad para activar las fuerzas laborales en búsqueda de una sociedad sostenible y democrática.
El dirigente gremial afirma que en Venezuela, históricamente los trabajadores movilizados conmemoran su día en un escenario de protestas y exigencias en la calles. En esta ocasión la situación cambia, tras la llegada de la pandemia del COVID-19. Es así que la limitación de movilizarse y de erigir vías de reclamos, se transforma desde la casa y la virtualidad.
Un reto
Todo esto representa un reto para la clase trabajadora y en especial para la dirigencia.
García expresa que ante esta situación, los esfuerzos organizativos se trasforman en una especie de cuidado y respeto a la pandemia, con igual cuidado hacia el régimen represivo que habita en Venezuela.
Esto se refleja indudablemente por un censura y restricciones a la libertades ciudadanas impuestas desde la coerción y persecución en contra de los trabajadores y dirigentes, que deben sortear el riesgo que representa revelarse y decir las verdades de sus condiciones sociales y de trabajo, afirma García.
Hambre y pobreza
En su opinión estas condiciones deben calificarse como inhumanas, de hambre y pobreza, ya que es el peor escenario que hayan conocido la fuerza de trabajo, representado por unos salarios de hambre de 3,85$ mensuales y de la ausencia de mecanismos de diálogo social que garantice una salida al problema.
García estima que se pone en evidencia que estamos en un escenario protagonizado por el desgobierno y el Estado fallido, que no representan esperanzas de mejoras y bienestar a la clase trabajadora; siendo el responsable de la pérdidas de beneficios de las convenciones, donde hoy el trabajador no cuenta con prestaciones sociales, vacaciones, ni ningún beneficio social que reivindique el trabajo.
Cambios de modelos de gobiernos
Piensa que ahora el esfuerzo es mayor, ya que la lucha de los trabajadores no solo es de tipo reivindicativa de condiciones laborales y salariales, sino que se suma la necesidad desde las fuerzas laborales los cambios de formas y modelos de gobiernos, tendentes a dirigir en mejores términos las políticas económicas y con ello lo productivo; y a su vez que garanticen mejores salarios, condiciones y expectativas laborales en los trabajadores.
El dirigente gremial carabobeño dice que este último año se han ganado espacios de consensos sociales. Todos los trabajadores reclaman salarios de igualdad a la canasta básica, salarios dolarizados, rechazan las desmejoras permanentes que se configuran desde el régimen de turno, y exigen unión nacional de la clase trabajadora y sus dirigentes.
El luchador social refiere además que en este transitar, también se ha develado una radiografía de la realidad laboral de los trabajadores, la evidencia en el año 2019 fue determinante, gracias a el “informe de la OIT vía comisión de encuesta” (Por la reconciliación nacional y justica social), y sus resultados demoledores.
Este hecho hizo que se pasara de la opinión pública a la determinación verdadera de la situación de los trabajadores en Venezuela, la exposición en materia de ausencia de diálogo para acuerdos salariales y laborales, violencia laboral y represión, explica García.
Fue concluyente además, de unas series de obligaciones al Estado, que están en demanda desde las víctimas y de la observación internacional por el máximo organismo en materia laboral.
Pandemia y agresiones
Lamentablemente, con el hecho de la pandemia, ha quedado en evidencia, la intención del régimen en seguir agrediendo, con hechos de fustigar y apresar la disidencia; pero, desde el seno de la conciencia trabajadora, se insiste, que es posible cambiar y recuperar la democracia laboral, mantiene García.
Es así que en su opinión, develar la situación y los fenómenos socios laborales del país son de alta complejidad y de una extensión considerable, en esencia, sigue siendo parte del problema. La falta de reconocimiento de los actores laborales, el paralelismo sindical, la imposición de actores laborales, injerencia del Estado en las elecciones sindicales y gremiales, ausencia de tripartismo y desconocimiento de vías de resolución como la protesta y la huelga.
Migración y descalificación laboral
Señala que otro factor que se suma a este ignominioso andar del trabajador venezolano es la migración y la descalificación laboral, como producto a la perdida de capital intelectual venezolano, que se encuentra en otras latitudes. Este escenario, no encuentra remedio, en la actual crisis, por el contrario se sigue distinguiendo por la huida de los más jóvenes, que no ven futuro en nuestra nación.
El investigador califica como inaudita y enfermiza la situación de los trabajadores venezolanos, propiciada por un desgobierno que irrespeta los principios laborales, sobre la base de un sistema de corte antidemocrático, anti obrero y necrótico. Estima que se amerita un cambio radical para el renacer del trabajador venezolano.
Es necesario sumarse y afirmar el planteamiento, de que en Venezuela, la salida es un cambio de gobierno, de unidad y emergencia nacional; donde el tripartismo y el diálogo socio laboral sean los elementos claves, sobre las cuales es posible construir, en consenso. Una Venezuela próspera, de progreso, de desarrollo sostenible, con trabajo decente, empleos de calidad, suficientemente remunerados y protegidos socialmente, afirmó.
García señaló que se une a la protesta desde las casas con un cacerolazo nacional ese viernes a las 8:00 p.m., este viernes.
Reciban un bien merecido homenaje y reconocimiento, todos los trabajadores venezolanos dentro y fuera de Venezuela, dijo.
