Dayrí Blanco
La crisis económica ha sido clara y contundente para el
sector licorero. Cerca de 10% de los establecimientos dedicados al ramo en el
país han bajado sus santamarías, y de paralizarse la industria cervecera otro
40% se sumará.
La espiral inflacionaria que ha causado el aumento en 200%
de los costos, el incremento del impuesto de alcohol de 30% a 50% y la
obligatoriedad del marcaje de precios de acuerdo a la providencia 018 del
Seniat han desencadenado esta situación, que se intensificará con el
agotamiento del inventario de materia prima de Empresas Polar a principios de
agosto.
Franklin González, presidente de Federación Nacional de
Licores (Fevelicor), detalló durante la asamblea de emergencia realizada en
Carabobo con participación de representantes de 14 estados del país, que las
ventas han caído en más de 50%, mientras que la importación de licores ha
mermado en más de 60%.
Un millón 400 mil empleos y la actividad de 85 mil negocios
están en riesgo. En Carabobo se trata de ocho mil 700 puestos de trabajo
directos en dos mil 900 licorerías. Durante la reunión se alertó sobre el
contrabando de licor y el repunte del mercado paralelo a precios más
competitivos pero en condiciones sanitarias cuestionables.
El sector licorero es el que genera más impuesto en el
país después de la industria petrolera, por eso González hizo un llamado al
Ejecutivo para que atienda la crisis. Se acordó la entrega de un oficio esta
semana a la Defensoría del Pueblo y el ministerio de Finanzas para que los
funcionarios intervengan en la solución de este conflicto a corto plazo.
