Rusia ganó 2-0 a Nueva Zelanda con una puesta en escena muy convincente, este sábado en el partido que abrió la Copa de las Confederaciones 2017, en el que el arquero oceánico Stefan Marinovic evitó la goleada a su equipo.
Marinovic multiplicó las intervenciones pero no pudo hacer nada cuando Denis Glushakov le picó el balón, que después de golpear en el poste lo tocó el defensa Michael Boxall antes de entrar en el arco (31).
En el 69, Fedor Smolov logró el tanto de la sentencia en una jugada que inició en el medio campo y culminó en el segundo palo a puerta vacía.
Antes, en un estadio de San Petersburgo prácticamente lleno, los discursos del presidente ruso Vladimir Putin y del presidente de la FIFA Gianni Infantino levantaron el telón de la competición.
Con este triunfo, Rusia se sitúa líder del grupo A con tres puntos, a la espera de lo hagan el domingo en Kazán Portugal y México, grandes favoritas a ocupar los dos puestos que conducen a semifinales.
"Me gustó el equipo de Nueva Zelanda, pero afortunadamente conseguimos neutralizar sus características e imponer nuestras fortalezas, fue la clave de la victoria", dijo el seleccionador ruso Stanislav Cherchesov.
"Obviamente en el primer partido del torneo queríamos obtener un mejor resultado, por lo que estamos un poco decepcionados, pero el equipo mostró un gran espíritu", señaló el técnico neozelandés Anthony Hudson.
Confiado y ambicioso
Dispuesta a agradar desde el principio, Rusia demostró que en los últimos meses ha dado un paso hacia adelante. Tras ganar a Hungría por 3-0 y empatar 1-1 ante Chile, el equipo local se mostró confiado y ambicioso con el balón.
No tardaron en llegar las ocasiones en el primer tramo, pero Marinovic, con un estilo poco ortodoxo, mantuvo a flote a Nueva Zelanda, que aguantó como pudo la tormenta.
Viktor Vasin remató cruzado al poste el saque de un córner (7), luego Marinovic sacó los puños ante Fidor Smolov (19) y Georgi Dzhikiya intentó un tiro lejano (26) que se volvió a topar con el arquero neozelandés.
Lo único destacable por parte de los All Whites fue un balón colgado que Chris Wood ganó de cabeza y el central Tommy Smith se sacó un remate que rozó el poste (12).
Finalmente Rusia encontró el camino de la red. En un balón mal despejado por Nueva Zelanda, el equipo local jugó en dos toques para que Glushakov se plantara en el área. Después de que el balón tocara el poste, el ligero toque de Boxall dio la puntilla para que entrara en la portería.
Hasta el descanso, la mejor ocasión fue de Smolov, que como si de un jugador de golf se tratara se perfiló y buscó el segundo palo con un sutil golpeo que se fue lamiendo el poste.
Desafortunado Boxall
Rusia salió con la misma soltura tras el descanso. Dmitri Poloz dispuso de un remate muy claro, pero de nuevo Marinovic, está vez con una estirada, salvó a los suyos.
Definitivamente, el arquero se había convertido en el héroe del campeón de Oceanía. Con las yemas de los dedos sacó un balón tras un excelente contragolpe ruso que finalizó Poloz.
Del lado visitante el habilidoso Marco Rojas, de padre chileno, intentaba aguantar la pelota, pero sus compañeros la perdían rápidamente ante un equipo ruso más ambicioso. La otra vía neozelandesa, el juego directo, tampoco dio frutos.
Finalmente Smolov sentenció el choque. Inició una conducción en el centro del campo, jugó a la derecha para Aleksandr Samedov y después de un despeje fallido del desafortunado Boxall, el propio delantero remató a placer.
Hasta que el árbitro colombiano Wilmar Roldán pitó el final Rusia siguió mostrándose muy superior. Ahora le tocará refrendar su buena actuación ante México y Portugal.