La fundación San Joaquín Somos Todos brindó sentido homenaje al guarameta Joel Graterol la tarde de este domingo durante un torneo que abarcó distintas categorías para la recreación de la población en la cancha múltiple del sector Los Robles en La Pradera, Municipio San Joaquín. El cancerbero compartió con los más pequeños y recibió el cariño de toda la gente que lo vio crecer.
San Joaquín está orgulloso. Uno de sus hijos, al que acobijó desde pequeño, lo vio crecer y jugar en sus canchas y terrenos, hizo sede para su hogar y fue testigo de su desarrollo integral fue parte de la mejor delegación venezolana en un torneo FIFA en la historia de nuestro balompié. Joel Graterol es ahora el nombre del recinto de cemento donde el portero dio sus primeros pasos.
El guardameta que fue miembro del plantel sub-20 que participó en la final del pasado mundial. Sus inicios fueron en la Escuela de Fútbol Cano, ubicada en Guacara. Delantero, como muchos arqueros empezó queriendo ser goleador y terminó bajo los tres palos para intentar que su equipo no sufra tantos en contra.
Antonio Lopez, presidente de la fundación, mencionó que el trabajo mancomunado que ejecutan con el consejo comunal de Los Robles, les permitió organizar el reconocimiento y además enfantizó: «Vamos a incentivar a la juventud a practicar deporte para que sean los próximos Joel Graterol. El torneo de hoy tiene premiación, hay un total de 26 medallas para los deportistas».
La felicidad no para para los chamos de la selección. Graterol se mostró emocionado al conocer que la cancha donde «jugó desde niño» lleva su nombre. «El Mundial fue una experiencia única, sigo siendo la misma persona, me potencie como futbolista, ahora quiero consolidarme en primera división y recibir llamados a la absoluta».
En los siguientes días se espera que el golero concrete su llegada a un club de la primera división venezolana. Graterol tiene vencido su contrato con Carabobo y la idea del meta criollo es poder encontrar un lugar donde pueda tener minutos de juego.
