Foto: AFP

El Manchester United reapareció, tras dos años de ausencia, en la Liga de Campeones, su «hábitat natural», como lo calificó el técnico portugués José Mourinho, con una plácida goleada, tras imponerse este martes por 3-0 a un timorato Basilea.

Pese a que el equipo de Mourinho siempre parece más cómodo cuando puede dotar de vértigo a sus partidos, este martes el Manchester United demostró que también puede tener la paciencia necesaria para madurar los encuentros ante rivales que, como el Basilea, saltó al terreno de juego con el único objetivo de defender.

Un planteamiento que no parecía presagiar el protagonismo que tuvo a lo largo de todo el encuentro el delantero belga Romelu Lukaku, que evidenció ante el equipo suizo que su juego no se reduce exclusivamente a su portentoso físico.

De hecho, los inteligentes movimientos del belga, que cayó constantemente hacia las bandas, generaron los espacios necesarios para que el español Juan Mata y, sobre todo, el armenio Henrikh Mkhitaryan pudieran llegar con peligro al área rival.

Precisamente en unos de estos movimientos pudo adelantarse a los 22 minutos de juego el Manchester United en el marcador, pero el palo impidió que Mkhitaryan culminara en gol el sutil centro de Lukaku, que también se destapó como un preciso pasador.

Una ocasión que refrendó el abrumador dominio del conjunto local, que trece minutos más tarde, en el 35, logró finalmente acabar con la resistencia del Basilea con un gol e Marouane Fellaini.

El internacional belga, que sustituyó a los 19 minutos al lesionado Paul Pogba, no desaprovechó el excepcional centro desde la banda derecha del hoy lateral Ashley Young para firmar con un potente cabezazo el 1-0.

Muestra de que este Manchester United es capaz de combinar la paciencia y el toque, con las más tradicionales esencias del fútbol inglés, ejemplificadas también en el segundo gol.

Y es que si en el primer tanto local Fellaini demostró su voracidad como cabeceador, en el segundo gol del Manchester United, Romelu Lukaku demostró que no tiene nada que envidiar a su compatriota en el juego aéreo, al convertir a los 53 minutos con un no menos soberbio testarazo un centro de Daley Blind en el 2-0.

Culminó la goleada inglesa el talentoso Marcus Rashford que estableció con un sutil y preciso remate a los 84 minutos el definitivo 3-0, que confirmó el plácido regreso del Manchester United a su «hábitat natural», en su retorno a la Liga de Campeones.




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