El experto español Aurelio Luna, que ha participado en las pericias tendentes a esclarecer las causas de muerte del poeta chileno Pablo Neruda llamó hoy a la prudencia, pues «las posibilidades son muchas», tras descartarse el cáncer.

Ello, a raíz de la renovación del debate sobre la muerte del Premio Nobel de Literatura 1971, luego que un equipo internacional de expertos descartó como causa el cáncer de próstata que padecía el autor, que murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, días después del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet.

El abogado querellante Eduardo Contreras se manifestó convencido de que en esa clínica «se cometieron delitos», tras el golpe de Pinochet y recordó que años después, en 1982, fue asesinado en ese mismo lugar el expresidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970).

«En la misma clínica, en el mismo piso, con los mismos médicos y algunas enfermeras, murió Pablo Neruda«, afirmó a medios locales Contreras, que también reiteró que Neruda murió cuando se aprestaba a viajar a México para «liderar y organizar desde ese país la oposición a Pinochet».

Contreras apunto al médico Sergio Draper como uno de los responsables y señaló que en los próximos días empezará a estudiar un eventual procesamiento del facultativo.

«Él ha jugado un papel destacadísimo en esto», manifestó, precisando que dicho galeno ha caído en muchas contradicciones a lo largo de los años.

«Hoy no son las letras de Neruda que nos hablan, es su cuerpo quien ha hablado para que el mundo lo escuche», comentó en tanto Bernardo Reyes, sobrino del poeta, tras considerar que atribuirse su muerte al cáncer, «se falseó la causa del fallecimiento», pues «hubo una acción súbita que lo mató».

Para el diputado Guillermo Teillier, presidente del partido Comunista, del que Neruda era miembro, el informe de los expertos «nos da la razón en nuestra decisión de presentar una querella, porque nuestra sospecha de que había intervención de terceros se ha visto plenamente confirmada».

«Que el certificado de defunción sea falso indica que era una operación para evitar que Neruda saliera vivo del país», afirmó.

«Hay que ser muy prudentes, porque las posibilidades son muchas y lo que hay que hacer fundamentalmente es recoger datos para ir descartando y precisando», dijo Exequiel Luna a radio Cooperativa Luna este sábado.

«Aquí lo importante es obtener respuestas que sean contundentes y consistentes», subrayó.

Desde el 2011, tras una denuncia de un empleado del poeta, está abierta una investigación judicial para aclarar si murió de cáncer o fue envenenado por agentes de la dictadura de Pinochet.

La investigación, a cargo del juez especial Mario Carroza incluyó la exhumación, en abril de 2013, de los restos del poeta, examinados por un grupo de expertos chilenos y de otros países que meses después descartaron una muerte por envenenamiento.

No obstante, el juez mantuvo abierta la investigación por considerar que los resultados no eran concluyentes y ordenó nuevos exámenes, que se realizaron el año pasado y cuyos resultados fueron analizados por el panel de dieciséis expertos que este viernes entrego sus conclusiones, descartando el cáncer.

«La caquexia por cáncer está descartada. Eso está claro», dijo el juez Carroza tras conocer las conclusiones de los expertos, que determinaron que son necesarios nuevos estudios, relacionados con una nueva toxina, que su vez requiere de otros estudios que permitan llegar a una conclusión definitiva».

Se trata de una bacteria «encontrada en un molar» que tiene relación con una toxina que a su vez «tiene toda una historia como cepa», explicó.

En ese contexto, Exequiel Luna, tanatólogo de la Universidad de Murcia, dijo hoy que las nuevas pericias, que deberían aclarar si hubo mano de terceros en la muerte de Pablo Neruda tardarán entre seis meses y un año.

Tras indicar que el cáncer provoca una caída del sistema inmunológico, Luna indicó que hay que tratar de ver el posible origen de esa bacteria.

«Si se puede establecer que estamos ante bacterias que han sido generadas en un laboratorio, evidentemente estaríamos entonces con la certeza de una intervención de un tercero», precisó.

Por ello es importante también determinar «el año de la cepa de esas bacterias, porque en función del deterioro del ADN se puede saber si ese ADN procede de bacterias del año 1992, de 1973 o del 2015», o si es o no «una infección normal dentro del proceso tumoral».

Luna descartó además que en la muerte de Neruda haya influido la bacteria «estafilococo dorado», encontrada en sus restos óseos, pues las pericias determinaron que era de contaminación externa», por lo cual queda excluida como causa del fallecimiento. 




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