¿Sabemos, por ejemplo, cuántas cucharadas de azúcar hay en una lata de refresco de 350 cc? Según su etiquetado, nos aporta 35 gramos de azúcar, unas 12 cucharillas!!! ¡¡Son un veneno para nuestro cuerpo!!
Tampoco es mucho mejor en el caso de las bebidas light que para conseguir su sabor dulce necesita de edulcorantes químicos como el ciclamato sódico, el aspartamo, aminoácidos como la fenilalanina… que, en muchos casos, tienen un poder endulzante diez mil veces mayor que el azúcar y son súper perjudiciales para la salud en general!
Especialistas explican la reacción de nuestro cuerpo al consumir bebidas light de la siguiente manera: “al igual que ocurre tras cualquier comida, cuando tomamos una bebida light, la insulina se libera en el páncreas para intentar captar azúcares y llevarlos a las células, donde serán utilizados como combustible… pero cuando la bebida llega al duodeno, ¡sorpresa! No hay azúcar.
El organismo se encuentra solo con el azúcar que tenía antes de tomar la bebida light, pero este azúcar disminuye por el pico de insulina que el edulcorante de la bebida ha causado. No obstante, la insulina pregunta confusa el cerebro: -epaaa, ¿no habías detectado sabor dulce en la boca? ¿y el azúcar? – el cerebro responde: no problem! Haré que lleguen a la sangre azúcares de verdad. Y para conseguirlo, el cerebro nos abre el apetito para empujarnos a comer y reponer los niveles de azúcar que la insulina ha bajado!!!
Las bebidas isotónicas y energéticas son también auténticas bombas de azúcar. Muchas personas que practican ejercicio a diario consumen este tipo de bebidas que, dependiendo de la marca, contienen hasta 30 gramos de azúcar por unidad; incluso cuando hay estudios, como el publicado por la revista médica british medical journal, que señalan falta de pruebas que respalden la teoría de que mejoran el rendimiento y la recuperación tras el ejercicio físico.
Entonces… de acuerdo conmigo? Guerra a esas bebidas!!!
¡¡Dale que tú puedes!!
