Los frutos secos tienen muchas propiedades que merece la pena aprovechar. Además de ser saludables, nos sacian el apetito y evitan que consumamos cualquier otro alimento sin ningún valor nutricional a toda hora. En este artículo, te contaremos más sobre las castañas y los beneficios que aportan a nuestra salud.
¿Cómo están compuestas las castañas?
En una dieta equilibrada debemos consumir tres nutrientes esenciales: grasas (no saturadas), hidratos de carbono y proteínas. Las castañas, a diferencia de otros frutos secos, aportan los dos primeros en buena cantidad (grasas no saturadas y e hidratos de carbono). Están compuestas por un 50% de carbohidratos y un 26% de grasas saludables.
Aunque se crea que esto es malo y que “engordan”, lo cierto es que sus aportes de hidratos son de absorción lenta. Esto significa que la energía que liberan las castañas evitan el aumento drástico de azúcar en sangre, disminuyendo la formación de grasas a partir de la glucosa.
Además de ello, este rico fruto seco tiene un gran contenido de agua, fibras, hierro, potasio y vitaminas del grupo B. Con toda esta presentación no hay dudas de que se trata de un alimento imprescindible en nuestra dieta.
¿Por qué comer castañas?
Como primera medida, debes saber que las castañas nunca se consumen crudas, sino que deben ser asadas, secadas, hervidas o confitadas. Además de comerlas “solas” a media mañana o media tarde, también las podemos disfrutar en cientos de recetas, tales como purés, ensaladas, aliños, guarniciones.
Entre los principales beneficios de las castañas podemos destacar:
1.-Son saciantes
Si estás haciendo dieta para adelgazar pueden convertirse en un gran aliado. Consumir un puñado de castañas asadas evitan que tengas ansiedad por comer cualquier otra cosa y que tu estómago se mantenga “lleno” por más tiempo. Igualmente, debes tener cuidado porque aportan grasas e hidratos de carbono; por lo tanto, no te excedas en su ingesta.
2.-Evitan la acumulación de líquidos
Esto se debe a que aporta potasio (entre otros minerales) que ayudan en el control de los líquidos en el organismo. Si tienes problemas de hinchazón en las piernas o hipertensión te aconsejamos que las consumas a diario. Además, las castañas favorecen la diuresis y se recomienda en los pacientes con problemas renales.
- Mejoran la salud ósea
Las castañas tienen una buena cantidad de fósforo, magnesio y calcio. Estos nutrientes mantienen nuestros huesos fuertes evitando la osteoporosis, la caída de dientes y las quebraduras o luxaciones. Son ideales tanto para niños como para personas mayores.
- Favorecen la formación del feto
Debido a que aportan una buena dosis de ácido fólico, se recomienda a las mujeres embarazadas que coman castañas. De esta manera favorecerán la buena formación del feto. Además, se aconseja durante la lactancia y para prevenir la anemia.
- Estimulan el sistema nervioso
El contenido de vitaminas B y minerales permiten a este fruto seco convertirse en un excelente remedio casero para la depresión, la apatía y la melancolía. También, sirven para reducir los dolores de cabeza, el insomnio y la ansiedad. También, contribuyen con la prevención de enfermedades de tipo neurológico.
- Ayudan a los diabéticos
Las castañas tienen hidratos de carbono de absorción lenta que no producen picos de insulina en sangre. Por ello, se recomiendan en personas que padecen diabetes del tipo 2. A su vez, se aconseja como parte de la dieta de deportistas, personas mayores y vegetarianos, ya que aportan los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
- Mejoran el tránsito intestinal
Para aprovechar este beneficio debemos consumir poca cantidad, sino pueden provocar el efecto contrario. Las castañas contribuyen en el desarrollo y la salud óptima de la flora intestinal, por lo cual reducen el estreñimiento y promueven las evacuaciones. También, ayudan a prevenir enfermedades relacionadas con el intestino grueso como, por ejemplo, la diverticulosis.
Otras ventajas de las castañas
Además de lo referido, este fruto seco tiene más beneficios, tales como:
Reducen el cansancio y la fatiga.
Equilibran la presión arterial.
Tienen efecto cardioprotector.
Bajan los niveles de colesterol en sangre.
Son una excelente opción para los celíacos, por no contener gluten.
Favorecen la síntesis de proteínas.
