Es una pregunta frecuente que oímos a diario quienes nos dedicamos a la mastología. Hay quienes tan pronto damos el diagnóstico y ya empieza a pasarle por su cabeza de forma inmediata toda una serie de tratamientos y cirugías. Pero, en esta era de medicina (y mastología) personalizada, hay que planificar qué le corresponde a cada quien.

Hay casos en que tenemos el diagnóstico y hay quienes dicen “operamos la semana que viene” o “mañana comienzas tratamiento”; pues no es así, antes de decidir un tratamiento médico o quirúrgico tenemos que saber dónde estamos situados, y de esto hablaré en las próximas líneas.

Es importante tomar en cuenta que las imágenes mamarias no dan diagnóstico de cáncer, dan la sugerencia que debemos realizar la biopsia que debe ser realizada a través de una punción guiada por la imagen que mejor vea la lesión utilizando una aguja gruesa (BAG). Como se practica con una aguja fina estamos en presencia de una citología, con la cual no podremos realizar algunas de las pruebas que mencionaremos más adelante.

Tener un diagnóstico es el primer paso, el segundo es conocer cuál es nuestro estadio, ya que ésta es la forma de poder planificar; existen diversas clasificaciones o formas de conocer cómo estamos, y realmente no usamos una sola, sino más bien combinamos algunas de ellas.

Clasificación según TNM: TNM es el acrónimo de tumor, node (que viene a significar ganglio en español) y metástasis:

T: tamaño del nódulo (menor a 20mm, entre 20 y 50mm, mayor a 50mm o que compromete piel, músculo pectoral o ambos).

N: Existencia de ganglios que tengan la enfermedad o no, y su nivel de compromiso.

M: Identificar si existe enfermedad fuera de la mama y de los ganglios.

Ahora bien, para poder saber esto nos tenemos que sentar a realizar una serie de exámenes; el T y N. Se pueden establecer de forma clínica con la mamografía, ecografía mamaria, y en ocasiones con otros exámenes como una resonancia magnética o en centros donde haya disponibilidad e indicación de un mamopet (mamografía por emisión de positrones).

Para la M son exámenes que se realizan ya fuera de la mama e incluye perfiles de laboratorio que nos indican el funcionamiento y la alteración o no de órganos tales como hígado, páncreas, riñones, además de marcadores tumorales y algunas enzimas. Estudiamos el tórax y abdomen, y dependiendo de los recursos y el centro donde nos encontremos bien sea con una radiografía de tórax, ecografía abdómino pélvica o en su defecto con una tomografía tóraco-abdominal. En algunos centros se pide una gammagrafía ósea para conocer cómo se encuentra el esqueleto.

Ya una vez identificado el TNM se traduce en un estadio clínico que va de I a IV. A mayor estadio mayor la posibilidad de iniciar con tratamiento médico, pero cuidado, tenemos que valorar otras características.

Clasificación por InmunoHistoQuímica (IHQ):

La inmunohistoquímica es una prueba que se hace con una muestra del tumor de la biopsia de la aguja gruesa y que nos permite evaluar cinco marcadores (aunque depende del centro y del país pueden evaluarse otros más). Se valoran en especial receptores hormonales (estrógenos y progesterona), Her2Neu (un protooncogen que expresa un receptor de la membrana celular de un factor de crecimiento)  y dos moléculas que se encuentran en el núcleo de las células como son el Ki67 y el P53.

Ahora bien, ¿para qué nos sirve esta información de la IHQ? De acuerdo a sus resultados nos podemos decantar para dar tratamiento con manipulación hormonal (bloqueo) en caso que los receptores sean positivos, o con anticuerpos y/o quimioterapia de acuerdo al resto de las pruebas; es por esto que hoy en día podemos recomendar iniciar con quimioterapia así el TNM sea bajo, conducta que hace unos años quizás no haríamos.

Clasificación por perfiles genómicos:

Se trata de estudiar a los genes del tumor, y no debemos confundir con los genes de riesgo para cáncer de mama familiar que escribimos en un artículo anterior que son completamente diferentes.

Existen diversas pruebas de perfiles genómicos para evaluar tumores, y cada una examina genes diferentes. La utilidad que tenemos con ellas es que además de ayudarnos a tomar decisiones acerca de cumplir o no ciertos tratamientos es que nos ayudan a predecir la respuesta.

¿Su desventaja?: Los costos. Son pruebas costosas que en muchos casos no son cubiertas por los sistemas de seguros públicos ni privados en muchos países.

Ya una vez cumplidas estas clasificaciones, o al menos la TNM más la IHQ o Genómica, podemos entonces sentarnos a desarrollar cual será el esquema de tratamiento médico o quirúrgico de forma personalizada para cada quien, y eso será tema de otra publicación.

Como siempre destaco, esta es una información para el público en general, que no debería sustituir el criterio del mastólogo y/o oncólogo tratante. Igualmente tratamos de minimizar el lenguaje técnico que en ocasiones pudiera llegar a confundir, lejos de aclarar que es el objetivo de este artículo.

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