Son siete los presos de la cárcel de Cumaná, que desde este lunes mantienen un motín como método para exigir un traslado a otro centro penitenciario.
Y es que las cárceles en Venezuela presentan fallas en la atención a los privados de libertad y en la seguridad interna. Las denuncias sobre escasez de alimentos en los comedores, el ingreso de armas y el chantaje son constantes. Incluso, algunos reclusos ganan más prominencia que otros y reciben un trato especial.
Además, durante 2018 han ocurrido fuertes revueltas dentro de los recintos, para exigir mejores condiciones de reclusión o que el gobierno respete sus derechos procesales. Entre la tarde y la noche del 25 de junio fue el turno de un grupo de privados de libertad en el Internado Judicial de Cumaná (estado Sucre). Al menos siete reos con armas secuestraron a otros presos y al personal de la cárcel.
Con la toma de armas de fuego largas, tomaron como rehenes al personal docente, administrativo, a custodios e incluso a otros reclusos que no forman parte de la manifestación.
El diputado a la Asamblea Nacional, Robert Alcalá, aseguró que los presos hicieron sus exigencias sin usar la violencia y sin negarse a hablar con ningún intermediador. Hasta el momento no se reporta ningún herido.
En horas de la noche, acudió al lugar el Jefe de la Unidad de Respuesta Inmediata del Ministerio para el Servicio Penitenciario para negociar con los reos que lideraban la rebelión. Pero, no lo dejaron acceder al recinto.
Alcalá detalló que estos siete presos, provenientes de la cárcel Puente Ayala en Barcelona, exigían un traslado al centro penitenciario El Dorado, junto con otros 40 encarcelados escogidos por ellos.
Mientras ocurrían los hechos, familiares de los reclusos se agruparon alrededor de la cárcel de Cumaná, a la espera de que culminara la protesta.