En esta vida es importante visualizar el futuro. Está demostrado que aquellas personas e instituciones planificadas, que dedican espacios para proyectar lo que desean, tienen mayores probabilidades de éxito. En este sentido, aquella frase popularizada por un personaje de la famosa telenovela Por estas calles, “como vaya viniendo vamos viendo”, debe ser desterrada del pensamiento colectivo, pues la improvisación, poco o nada contribuye en la materialización de proyectos en lo familiar y profesional.

Lo observamos al hacer un paneo por nuestra realidad. Desde las instancias gubernamentales venezolanas, caracterizadas por un desorden sin parangón y, la gente que anda por el mundo como una veleta, tal como lo hacía Eudomar Santos en el citado melodrama. Se enrumbande acuerdo a la dirección del viento o caminan según le dicen los demás, como que si en la vida las metas se alcanzaran con el mínimo esfuerzo. Ya lo advertía el expresidente estadounidense John Kennedy, al referir que el futuro no se hereda, sino se construye con esfuerzo y proyección.

No se trata de adivinar lo que vendrá como señalan algunos gurúes de la autoayuda. Tampoco, de abandonar el presente por enfrascarnos en el mañana. Acá lo relevante es, de manera flexible y sensata, ir diseñando una especie de mapa que abarque lo que anhelamos. De ahí en adelante, ir trazando líneas que permitan ir escalando hasta acercarnos a lo que hemos pretendido. Para ello, se requiere madurez, capacidad para manejar imprevistos y en especial, disciplina. Recordemos que nada nos caerá del cielo.

Si usted, por ejemplo, tiene un proyecto migratorio a la vuelta de la esquina, el cambio no llegará de la nada. Es necesario sentarse a establecer todo lo que conlleva una decisión de ese calibre, que se pasea por capacidad de ahorro, ventas, legalización de documentos, búsqueda de oportunidades laborales/académicas en el país receptor, entre otros aspectos que son imprescindibles tomar en cuenta. La improvisación únicamente nos traerá dolores de cabeza. Lo mismo abarca para temas relacionados a estudios, adquisición de bienes, viajes, prácticas deportivas y un largo etcétera. También, con asuntos más colectivos como la proyección del propio país que deseamos.

Con un cambio de paradigma en este sentido nuestras realidades pueden ir transformándose.Educar a los más pequeños para que diseñen su propio proyecto de vida. Algunos planteles de educación básica aplican en el sexto grado este ejercicio de visualización que, sin duda, permitirá ir sembrando en los más jóvenes la importancia de imaginar, soñar y trabajar por ese mañana que está a la vuelta de la esquina, en un contexto lleno de caos e incertidumbre, pero también de oportunidades. Ellos merecen internalizar que hay un mundo más allá del Tik Tok.




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