La batalla de las Trincheras sucedió el 3 de octubre de 1813, acción militar ordenada por el Libertador, entre las fuerzas de voluntarios neogranadinos y los realistas partidarios de la Corina española, tras la campaña admirable de Simón Bolívar el occidente de Venezuela quedo en poder de las fuerzas independentistas, lo que hizo que los realistas lanzaran una ofensiva contra la ciudad de Valencia, con 1.600 hombres comandados por Monteverde.
Entre los voluntarios se encontraban Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, Hermógenes Maza, Francisco de Paula Vélez y Luciano D´ Elhuyar. Las fuerzas republicanas se movilizaron entonces hacia Valencia y durante el velorio de este joven héroe, Bolívar ordeno al mayor Luciano D’ Elhuyar, que lo vengara, ordenándole que con mil soldados persiguiera a las fuerzas realistas, igualmente emitió un decreto para exaltar la memoria del gran Girardot, a tal fin dispuso: «Un mes de luto, su corazón es llevado a Caracas y colocado en la Catedral, sus restos llevados a Antioquia (se encuentran en la Catedral de Valencia), un batallón llevará su nombre, la familia disfrutará por toda su posteridad el sueldo que percibía el prócer de la libertad de Venezuela».
El amanecer del 3 de octubre Luciano D’Elhuyar, derrota las trincheras a mas de dos mil soldados realistas, pertenecientes a Monteverde, la vanguardia de las fuerzas patrióticas lo formaban voluntarios neogranadinos ansiosos de vengar la muerte de Atanasio Girardot, ocurría tres días antes en la batalla de Bárbula.
Los patriotas, una vez que hubieron ganado el propio terreno realista persiguieron al enemigo. Monteverde se encerró, herido, en Puerto Cabello, quien había cometido un grave error táctico al distanciar sus fuerzas, enviando al capitán de fragata Remigio Bobadilla con ochocientos soldados, casi todos de infantería, por la vía de El Palito hacia Naguanagua y se había quedado con mil doscientos hombres en Las Trincheras.
Y se dio la batalla. Los patriotas continuaron el cerco. Monteverde estaba esperando el resultado de la acción en Las Trincheras; pero lo que allí le llegó fue el ejército republicano que le propinó otra derrota.
Pero esta vez quedó muy mal parado el jefe realista, ya que de una bala le destrozaron la quijada. Perdió el prestigio entre sus oficiales y fue depuesto del mando. Al poco tiempo se marcharía para Curazao.
Bolívar luego de dirigirse a Caracas entregó el mando de las operaciones a D´Elhúyar, ascendiéndolo a coronel. La procesión triunfal llevo en un cofre el corazón de Girardot, que salió de Valencia, pasando por Los Guayos, Guacara, San Joaquín, Turmero, San Mateo, La Victoria, El Consejo, San Pedro y en cada población se oficiaba una misa en honor a Girardot.



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