Hasta dos o tres veces más probabilidades de mortalidad tienen pacientes reumáticos que no reciben sus terapias

Más de  300 mil personas padecen enfermedades reumáticas y autoinmunes en Venezuela. Pero, por falta de medicamentos, sufren de dolor agudo, falta de movilidad y deformaciones que implican incapacidad física y emocional. A lo que se le suma la insuficiente oferta de centros de atención pública en el país, por lo cual exhortan al Estado a dar celeridad a la solicitud de los fármacos que requieren.

A través de un comunicado, la Fundación Venezolana de Enfermedades Reumáticas (FUNDAVER), y la Asociación Civil “Yo Reumático”, hicieron del conocimiento público del trato cruel e inhumano que reciben desde la consignación de recaudos exigidos, hasta el momento que el paciente retira la medicación, tiempo que pueden pasar hasta 3 meses.

Por si fuera poco, los organismos públicos han obviado TODAS las guías de uso de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y están suministrando a los pacientes, los medicamentos en base a su propio criterio, sin entender que el tratamiento de cada paciente debe suministrarse según la frecuencia y dosis que indiquen los informes de los médicos tratantes, que son continuos y permanentes para garantizar la remisión de la condición y evitar que la enfermedad permanezca activa, de acuerdo a una de las médicos firmantes del documento, Verónica Crespo.

Ante la ausencia de medicamentos en todo el país, como metrotexate, prednisona, solumedrol, deflazacort, plaquinol, azulfidine, leflunomide, sulfalacina, adalimumab, azatriopina, rituximab y tocilizumab, informaron que estos pacientes tienen que recurrir a fármacos esteroideos  distribuidos con fines veterinarios, para poder solventar el dolor y la inmovilidad y evitar el daño permanente que genera esta condición.

También se han visto obligados a alterar el esquema de dosis indicadas por sus médicos, disminuyendo dosis o aumentado los intervalos entre las tomas para evitar que se les acabe, lo que resulta grave, ya que repercute en que la actividad de la enfermedad permanezca o aumente a lo largo del tiempo, trayendo consecuencias devastadoras para el organismo.

De acuerdo a la especialista, está comprobado que el riesgo de morir es hasta 2.8 veces en pacientes con condiciones inflamatorias constantes, como es el caso de los pacientes reumáticos, actualmente desasistidos.

Adicionalmente, los pacientes han reportado trato discriminatorio, ya que, al solicitar la entrega puntual de sus medicamentos, amparados por lo demás por el derecho a la salud expresado en la Constitución Nacional, los encargados les indican que su situación no es grave, pues “sólo sufren de dolor”.

Las consecuencias de vivir permanentemente con inflamación y dolor por falta de medicamento no son solo físicas sino psicológicas, afectando la calidad de vida de estas personas y la de familiares.

En virtud de esta realidad, exigen al presidente de la República, se dé cumplimiento a lo expresado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual, en su artículo 83, expresa que “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. (…)Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el derecho de participar activamente en su promoción y defensa”.




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