Según la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), 80% de la población del país vive en zonas de alta amenaza sísmica, variable que aumenta el nivel de riesgo en diversas áreas en cuanto a pérdidas humanas y económicas.
El organismo explicó que la zona de mayor actividad sísmica en el país “corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes; la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar”.
Además, existen otros sistemas activos menores como Oca-Ancón, Valera, La Victoria y Urica, aunque son capaces de producir sismos significativos.
En medio de la conmemoración de los 381 años del Terremoto de San Bernabé, la entidad sismológica sostuvo que “todos y cada uno de los venezolanos son parte de una ecuación de disminución del riesgo sísmico que empieza en los hogares; industrias, oficinas, espacios de estudio y distracción, para reducir la exposición poblacional».
Eventos sísmicos y energía
En entrevista para El Nacional, y en vista de la cantidad de fallas por las que atraviesa el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el ingeniero electricista, especializado en sistemas de Control Industrial y Calidad de Energía, César Cardinale, indicó que “la mejor manera de enfrentar un apagón en caso de desastres naturales, es prepararse para uno”.
Dijo que “un generador de gasolina puede ser una opción. Pero un generador solar puede ser una inversión aún mejor, ya que depende únicamente de la energía del sol”. Agregó que en caso de sismos de gran magnitud o huracanes, “hay diversos recursos que pueden tenerse a mano para evitar o al menos mitigar las consecuencias”.
Por ejemplo, recomendó la adquisición de estaciones portátiles de energía solar, algunas con 2 mil 016 vatios de capacidad, que pueden alimentar un refrigerador durante 14 horas, u opciones de 3 mil 600 vatios, que pueden recargar un celular alrededor de 300 veces o una nevera ejecutiva por 57 horas. Éstas pueden expandirse hasta 25 kilovatios y abastecer de energía a varias familias.
Cardinale recomendó que en caso de registrarse algún evento sísmico de gran magnitud, “lo más importante es mantener la calma. Estar informado y, sobre todo, seguro con un adecuado y oportuno plan de emergencia”.
Con información de El Nacional.
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