A cinco días ascienden las protestas y destrozos en comercios. (EFE)

Al menos 80 personas han sido detenidas por las autoridades por participar en actos vandálicos y hurtos a comercios en Buenaventura, ciudad portuaria del suroeste de Colombia que hoy cumple cinco días en una huelga para reclamar más presencia del Estado, que le permita salir del atraso y el abandono.

Alfonso Prada, secretario general de la Presidencia de Colombia informó que entre los capturados hay varias personas que tenían en su poder material que fue hurtado este viernes.

Inicialmente, las autoridades dieron cuenta de la detención de 41 personas que participaron en actos vandálicos y saqueos, que también dejaron 10 policías lesionados.

Prada hizo un llamado a la tranquilidad y confió en que la Fuerza Pública «mantendrá la mano firme para garantizar que la delincuencia no se tome» a Buenaventura.

El funcionario lamentó que una protesta hubiese terminado «en una asonada en manos de delincuentes, que finalmente violentaron establecimientos de comercio, agredieron vehículos automotores, agredieron a la población».

El secretario general explicó que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha encomendado garantizar el derecho a la protesta, pero también los demás derechos de la población a vivir dignamente y en paz.

En imágenes divulgadas hoy por medios de comunicación y en redes sociales, se ve a personas cargando electrodomésticos producto de hurtos de almacenes del centro comercial Bellavista, de la cadena comercial La 14 y del supermercado Olímpica.

También se puede ver como un grupo de personas derriba un semáforo mientras otros rompen con piedras los cristales de casas y comercios en una noche de terror vivida el viernes en esta ciudad de cerca de 450.000 habitantes que es además el principal puerto del país en el Pacífico.

Según la Policía, «desadaptados» aprovecharon que la fuerza pública estaba concentrada en la protección de sitios estratégicos de la ciudad por la huelga para «generar vandalismo en cuatro puntos específicos del puerto, los cuales fueron controlados oportunamente».

En medio de las protestas del jueves pasado murió el patrullero Neiver Antonio Enríquez Cruz al caer de su moto por un lazo que manifestantes atravesaron en una calle.

En busca de que la normalidad retorne, la Policía, el Ejército y la Armada escoltan a los vehículos de carga que entran y salen de la ciudad.

El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, designado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, para buscar solución a la protesta llamó hoy al diálogo a los promotores del paro cívico.

En declaraciones a Caracol Radio, el ministro reconoció que Buenaventura, que tiene uno de los mayores índices de pobreza y violencia del país, requiere soluciones estructurales en salud, vías, acueducto e infraestructuras.

Frente a la situación, Murillo dijo que se debe diseñar una «hoja de ruta» a largo plazo, para responder a la deuda histórica del país con el Pacífico colombiano.

Ante la situación de orden público, el alcalde de Buenaventura, Eliécer Arboleda, decretó el viernes el toque de queda.

Los líderes del paro cívico rechazaron en un comunicado los «hechos delictivos» y llamaron a la ciudadanía a guardar «la cordura y el buen comportamiento».

La marcha programada para este sábado en horas de la tarde fue suspendida, y convocaron a un cacerolazo desde las casas «como muestra de rechazo al exceso de la fuerza pública, a la violencia y como respaldo al paro cívico».




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