380 kilómetros por la libertad
Caminantes en su recorrido hacia Tazajal

El cansancio no fue excusa para los tachirenses que partieron desde San Cristobal hasta Caracas, con valentía y firmeza, para dar un mensaje de libertad. Con algarabía llegaron a Tazajal, donde los recibieron entre aplausos y agasajos.

Un grupo de 27 jóvenes emprendió esta cruzada con la finalidad de transmitir esperanza a las poblaciones por las que transitaban. Con 58 años de edad, Jesús Peña Ramírez decidió unirse a los muchachos después de escuchar en la radio sobre la actividad. Casi no logra irse con ellos por múltiples inconvenientes que se le presentaron en el camino, pero su determinación hizo que al último momento fuera el integrante N° 28 de la caminata «860 Kilómetros por la Libertad».

 

En la mirada del originario de Táriba se visualiza el coraje y la fortaleza que muchos venezolanos perciben en los andinos. Con entereza, exhortó tanto al Gobierno nacional como a los dirigentes de la oposición a estar a la altura de los reclamos del pueblo. «Al oficialismo y a sus disidentes les digo que se pongan los pantalones para tomar decisiones que beneficien a nuestro país» dijo mientras disfrutaba de unas arepas que les ofrecieron vecinos de Tazajal.

A José Daniel Bravo, presidente del Centro de Estudiantes de Ingenería Civil de la Universidad Experimental del Táchira, se le disparó un inquietud por hacer un recorrido parecido al de los muchachos que caminaron desde Barquisimeto hacia Caracas.

El también coordinador del movimiento Avanzada por la Libertad denunció que fueron atacados por los denominados  «Boliches» conocidos por sus actos guerrilleros, quienes les robaron tres camionetas con sus pertenencias, que iban en caravana junto a los caminantes. «Casi nos matan pero en vez de doblegarnos, nos llenó de fuerza para seguir».

Bravo comentó que los residentes de las zonas donde opera la guerrilla tenían aproximadamente 21 días sin protestar debido al asedio constante, sin embargo, al ver a los estudiantes tomar la iniciativa de transitar a pie más de 800 kilometros con el objeto de clamar libertad, se animaron a participar dejando sus miedos atrás. De 28 personas. pasaron a ser un grupo de casi 90 que llegaron a Carabobo para descansar una noche y seguir el paso al día siguiente.

El desgaste y dolor físico ocasionado por los 658 kilómetros recorridos hasta Naguaguanagua, no desvanece sus ganas de seguir luchando por una Venezuela diferente, en donde el hambre, miseria y desidia sean parte un pasado que nadie querrá recordar, aseveró el joven estudiante de Ingeniera Civil.

El unetista hizo un llamado a los miembros de la Mesa de la Unidad Democrática a recordar que fueron electos por la ciudadanía para que respondan con acciones contundentes luego de la consulta popular para lograr la salida de Nicolás Maduro, antes de que se forme un Estado comunal mediante la Asamblea Nacional Constituyente.

Pese a los obstáculos que tuvo que vencer juntos a sus compañeros de lucha, como la persecución del Servicio Nacional Bolivariano de Inteligencia (Sebin), el intento de envenenamiento y el deterioro de su condición física, Daniel Garcia, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes, se mantiene firme en el desconocimiento del Gobierno nacional.

Doce días han pasado desde que empezaron a caminar los 860 kilómetros por la libertad. García aprovechó la oportunidad para resaltar la solidaridad de los venezolanos, que se organizan para recibirlos en cada punto al que llegan.

Al culminar el recorrido de este miércoles, los caminantes pudieron gozar de atención médica del grupo de brigadistas de la Universidad de Carabobo, fisioterapeutica dada por estudiantes de la carrera en la Universidad Arturo Michelena en conjunto con una masoterapeuta y una cena hecha por los vecinos de la comunidad, los cuales expresaron su admiración y respeto hacia ellos.

DE QUITO A CARACAS 

María José Pérez y Fabiana Mazoca se trasladaron desde Ecuador a Venezuela con la inspiración de quienes recorrieron 380 kilómetros por la libertad desde Barquisimeto hacia Caracas. Las mujeres caminaban en el día y en la noche tomaban autobuses para llegar a tiempo y encontrarse con los muchachos de San Cristobal. Fue en Acarigua que se unieron a este grupo para demostrar al mundo y a los venezolanos, que cuando se quiere, se puede.

Fabiana Mazoca emigró de su país natal hacia Ecuador en diciembre del año pasado debido a la situación política y económica. Espera volver algún día a Venezuela pues no hay nada como estar en casa. «Aunque afuera se vive bien, tu cabeza y tu corazón siempre quedan en tu país».

860 kilometros por la libertad
Dos amigas decidieron caminar desde Ecuador hasta Venezuela.

María José Pérez extraña el calor y la amabilidad del venezolano. Al igual que Mazoca, emigró el año pasado en búsqueda de un mejor futuro. Aunque da clases de ingles en comunidades precarias del Ecuador, no deja de pensar un minuto en regresar al sitio donde nació y creció.

Pérez invitó a los venezolanos a dejar la critica hacia los que parten a un rumbo desconocido para mejorar su calidad de vida. «Nosotros no estamos de vacaciones como piensan muchos, trabajamos arduamente para ayudar a nuestras familias que aún permanecen aquí».

Las amigas llegarán a Caracas junto al resto de los muchachos. En la capital permanecerán un tiempo para luego retornar a Quito, lugar que se convirtió en su hogar.

 




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