El pasado primero de septiembre El Carabobeño arribó a sus 88 años, demostrando a lo largo de todo ese tiempo que es posible hacer buen periodismo, a pesar de las vicisitudes que han enfrentado en las últimas dos décadas las empresas informativas venezolanas independientes, asfixiadas por acciones gubernamentales que van desde el monopolio absoluto del papel periódico a través dela Corporación Maneiro, intimidaciones a periodistas, sanciones administrativas, acusaciones judiciales, entre otras.

El contexto sin duda no ha sido fácil, pero ha permitido reinventarse al equipo que en la actualidad es liderado por una mujer, la licenciada Carolina González,  aprovechando las bondades que ofrecen las plataformas digitales, a través de una llamativa y actualizada página web, así como interactivas cuentas en redes sociales que permiten llegar a cientos de miles de internautas, no solo en Venezuela sino en todos los rincones del mundo.

El Carabobeño es global y aunque dolió enormemente no verlo circular desde aquel fatídico 17 de marzo de 2016, sigue apostando al país manteniendo vigente una premisa en este oficio: el buen periodismo no sostiene luna de miel con los gobiernos de turno, sean del color que sea. El buen periodismo fiscaliza, denuncia y reconoce cuando hay que reconocer.El buen periodismo está al servicio de la ciudadanía y no de los poderes establecidos. Mientras otros vendieron sus periódicos y televisoras a gente vinculada al chavismo, cambiaron sus líneas editoriales y se convirtieron en máquinas de propaganda, el “diario del centro” se mantuvo firme, dejó claro que en este país aún existen reservas morales y que la ética no se negocia.

Y esa línea la llevamos todos los que tuvimos la oportunidad de pasar por esta casa editora, de la cual tenemos tantas historias. Una especie de ejército que a donde quiera que va mantiene con firmeza la defensa del sistema democrático, el único que permite el ejercicio de un periodismo plural, diverso, en el que los únicos censores sean las propias audiencias y no oficinas públicas como ocurre en China, Cuba y como han pretendido durante los años de revolución en Venezuela.

Gobiernos como el de Chávez y Maduro consideran a la prensa libre un enemigo que es necesario exterminar.  No es casual que en los últimos ocho años hayan dejado de circular en el país las versiones impresas de 100 periódicos. Decenas han sido las estaciones radiales a las que no se les renovó concesión, así como ocurrió en 2007 con la icónica Radio Caracas Televisión. Todo este panorama ha sido parte de un plan nefasto, que busca consolidar una hegemonía comunicacional como lo han demostrado los hechos.

La buena noticia es que hay resistencia. En estos 88 años brindamos por El Carabobeño, deseamos larga vida a este importante medio de comunicación del que deben conocer las nuevas generaciones. El Carabobeño, un periódico que no se ha doblegado y ha enfrentado en casi nueve décadas a las más férreas dictaduras. El “Diario del Centro”se mantiene firme en sus convicciones.

También apostamos a que la ciudadanía siga consumiendo información de medios confiables y apoyando a El Carabobeño. No podemos permitir que la historia sea contada desde la perspectiva oficial, sería permitir que el oscurantismo siga avanzando, aniquilando los espacios que aún mantenemos con voluntad y compromiso.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.