La investigación sobre las tortugas sufrió demoras. (Foto Cortesía)

Dayrí Blanco

A la deriva han quedado 47 años de investigación científica por una decisión gubernamental que deja sin casa al mayor centro de conservación marítima del país. La Fundación Científica Los Roques debe desalojar el que fue su hogar antes del 1º de octubre. La concesión no les fue renovada por el Ministerio de Agricultura y Tierras, y deben darle paso a la Fundación de Investigaciones Marítimas Francisco de Miranda, recién creada hace un año, y que se hará cargo de las instalaciones de la Estación Biológica Dos Mosquises.

Fue una sorpresa no grata para quienes por más de cuatro décadas se han dedicado a la comunidad científica, académica y ambiental del archipiélago, recibir el 30 de junio la resolución publicada en la Gaceta Oficial 40.443, que les revocó la autorización otorgada en 1967 por el Estado venezolano. Con suficientes argumentos de peso interpusieron la reconsideración legal de esa decisión, pero la respuesta no fue positiva. En un oficio con fecha 14 de agosto firmado por el almirante Gilberto Pinto, jefe del gobierno del Territorio Insular, se les comunicó que su solicitud no procedía.

El programa emblema de la institución, dedicado a la conservación, desarrollo y recuperación de las poblaciones de tortugas marinas en el Parque Nacional Archipiélago Los Roques, tuvo que ser suspendido. La sala de cría que habían constituido se tendrá que quedar en el lugar, no tienen manera de trasladarlo a las oficinas provisionales donde seguirán trabajando mientras las limitaciones se lo permitan. Ese laboratorio posee una capacidad total de 30 mil litros de agua de mar distribuidos en 22 tanques de diferentes volúmenes donde se han desarrollado, además del proyecto de repoblación de tortugas, diversos estudios de cultivo de especies marinas, así como aquellos proyectos que requieren el mantenimiento de ejemplares en cautiverio.

Tesistas, pasantes e investigadores de todo el país ya no tendrán el apoyo que le prestaba esta fundación al no contar con la plataforma indicada para el hospedaje, alimentación y toda la logística e infraestructura que requieren las exploraciones científicas, según indicó Blanca Elena Machado, coordinadora del programa de educación ambiental.

La estación cuenta con cinco módulos de alojamiento con capacidad total de 31 personas, para su personal científico y técnico, investigadores, estudiantes, pasantes, voluntarios e invitados. Se verán perjudicados aliados de importantes casas de estudio como la Universidad Central de Venezuela, Simón Bolívar, Monteávila, Metropolitana, Católica Andrés Bello, la de Carabobo y la de Oriente.

Logros irrefutables

La Estación Biológica Dos Mosquises es referencia nacional y mundial en materia de investigación de ecosistemas marinos. Gracias a este trabajo el Estado venezolano tuvo en sus manos la información necesaria para la declaratoria en 1972 del primer Parque Nacional marino del país.

Gracias a su labor, se logró establecer la regulación del manejo sustentable de ecosistemas marinos más sensibles en temporadas nacionales de pesca como botuto y langosta, y la protección de especies amenazadas con la prohibición de redes de arrastre y la pesca del tiburón.

La plataforma de apoyo de la fundación ha permitido el estudio por más de 25 años de lo que hoy es considerado el yacimiento arqueológico indígena más importante del Caribe insular.

Continuará programa educativo

Sin otra opción que hacer sus maletas, la junta directiva aún está por decidir qué hacer con sus equipos de submarinismo, lanchas, tanques, bombas de agua, plantas eléctricas, equipamiento para muestreos de laboratorio, instrumentos de cocina, equipos de radio y sistemas de paneles solares. De no sacarlos del lugar antes del plazo dado, todo pasará a manos de la fundación Francisco de Miranda, que no tiene experiencia en investigaciones marinas, dado el poco tiempo de su conformación legal.

Pero no se quedarán de brazos cruzados. Por el momento continuarán con el programa de educación ambiental que pusieron en marcha hace ocho años coordinado por Machado, quien dirige los planes de toma de conciencia de valores y conocimientos para que cada uno de los pobladores asuma su responsabilidad y compromiso de proteger el Parque Nacional, que es una importante zona fronteriza, y recientemente fue decretada capital del Territorio Insular.

En principio habían decidido continuar con su labor desde Caracas, pero no será así. Seguirán en el archipiélago en contacto directo con los estudiantes de Los Roques por considerar que es la mejor forma de lograr el desarrollo sustentable y la conservación del patrimonio ambiental de los venezolanos para las generaciones presentes y futuras.




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