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La Asociación del Fútbol
Argentino (AFA) postergó el martes hasta el 11 de julio la asamblea para
aprobar una Superliga inspirada en torneos de Europa, envuelta en la peor
crisis de su historia y dividida por desacuerdos económicos.
La nueva postergación, tras
varias reuniones fallidas, se produce en medio de la desazón por la derrota de
la selección en la final de la Copa América Centenario 2016 ante Chile (4-2 a penales). La caída derivó
en la renuncia del estelar Lionel Messi a la albiceleste, al sentirse
responsable tras errar uno de los tiros desde los doce pasos.
«El 11 de julio volverá a
reunirse la asamblea de representantes (de 75 miembros)», dijo en rueda de
prensa el presidente saliente de la AFA, Luis Segura. Los asambleístas lo
decidieron este martes por amplia mayoría.
La discordia gira en torno al
reparto de los ingresos por la venta de derechos de transmisión de los partidos
por televisión. Los clubes grandes intentan llevarse una mejor tajada de ese
dinero, con la resistencia de clubes medianos y chicos.
Segura y otros dirigentes están
bajo investigación judicial por supuestos manejos irregulares de las finanzas
de la AFA.
En la asamblea extraordinaria para
aprobar la creación de una super-liga profesional, similar a la de España o
Inglaterra, se resolvió dejar la decisión en suspenso poniendo en evidencia la
profunda división que esta iniciativa genera entre la dirigencia argentina.
Con el objetivo de acercar
posiciones, se creó una comisión integrada por seis directivos.
«Este partido lo empiezo a
ver desde la tribuna, espero que lleguen a un acuerdo. Depende de ellos»,
dijo en rueda de prensa Luis Segura, cuyo mandato como presidente de AFA en
principio concluía el 30 de junio, pero el viernes último fue desplazado del
cargo por FIFA, la cual resolvió intervenir la entidad por irregularidades
administrativas y de otra índole.
Una comisión de FIFA asumirá
oficialmente el control de AFA la próxima semana durante el plazo de un año,
cuando se convoque a elegir de nuevo un presidente. El organismo rector del
fútbol mundial aclaró que la creación de la super-liga no le compete.
«Lo mejor sería llegar a un
acuerdo por la super-liga, ojalá lo logren», afirmó Segura, quien estuvo
presente pero no participó de la asamblea extraordinaria en el predio de
selecciones nacionales situado en Ezeiza, donde unas horas antes el capitán
Messi había pasado a retirar sus pertenencias tras anunciar la renuncia al
conjunto albiceleste.
Los clubes más importantes, entre
ellos Boca Juniors y River Plate, impulsan un cambio de paradigma en la organización
de los torneos, con la idea de poner al fútbol argentino a la altura de las
ligas más poderosas del mundo. Esta iniciativa no sólo contempla un nuevo
formato de la liga (que iría de agosto a mayo, como en Europa) sino que además
habilitaría el ingreso de las sociedades anónimas, algo que prohíben los
estatutos de AFA. Bajo el orden actual, los clubes son asociaciones civiles sin
fines de lucro.
Esta iniciativa despierta rechazo
entre los clubes más pequeños y de las ligas de categoría inferiores. Temen que
la super-liga amplíe la brecha económica a favor de los equipos más poderosos.
La aprobación del nuevo formato
requiere 61 sobre un total de 75 asambleístas que representan a los clubes
afiliados a la AFA. Como los votos no estarían asegurados, se optó por ganar
tiempo.
