Beatriz Rojas
En febrero cuando se quemó una oficina del Abasto Bicentenario de la urbanización Trigal Sur, a las puertas de la tienda pusieron un letrero que indicaba que estaba cerrada hasta nuevo aviso. El aviso de apertura nunca llegó, pero sí les notificaron que el mercado será cerrado definitivamente, aunque no hay un letrero que lo indique.
Los 65 trabajadores que de allí dependen se encuentran en la incertidumbre, porque hasta la fecha desconocen su destino laboral. Solo saben que el comercio les permitirá el acceso hasta el 15 de este mes, pero están dispuestos a mantenerse en sus puestos hasta que se les defina su situación.
Este miércoles desmantelaron todas las cajas registradoras, lo cual entristeció más al personal porque es muestra evidente de que no hay marcha atrás en lo relativo al cierre definitivo del negocio.
Lurian Márquez, miembro del sindicato que agrupa a los trabajadores, dijo que a la fecha nadie les ha dicho si los transferirán a otra tienda o si los van a liquidar. Descarta que los trasladen al abasto de la avenida Bolívar, porque allí no se va a seguir trabajando con público sino que funcionará como centro de acopio. Además también hay intensiones de prescindir de los servicios de parte del personal.
El líder sindical señaló que el cierre definitivo del negocio afecta a varias madres solteras que no tienen casa, a padres que tienen a sus esposas embarazadas y a ocho personas con incapacidad laboral.
Márquez dijo que el presidente Nicolás Maduro aseguró que ningún trabajador quedaría sin empleo, pero está ocurriendo todo lo contrario, porque a nivel nacional el Gobierno está cerrando nueve tiendas de Abastos Bicentenario con lo que quedarán en la calle 1.600 personas.
