EFE

Acceso libre a internet, sin censura de contenido y a un precio justo, acorde con el salario mínimo en Cuba, fue la petición más escuchada este lunes en el inicio de la primera conferencia Cuba Internet Freedom (CIF) en Miami (EEUU).

La organización no gubernamental Freedom House reconoció en el foro que «se ven algunas mejoras» en el acceso a internet en Cuba, pero muchos de los participantes reclamaron más.

Dos de ellos, los blogueros Norges Rodríguez y Taylor Torres, llegados desde la isla para esta reunión de dos días, apuntaron a Efe que los «usos son muy básicos» y el coste es dos dólares la hora, es decir, el 10 % del salario medio mensual de un trabajador cubano, según Freedom House.

«El precio es prohibitivo y, por eso, mucha gente usa el acceso a internet sobre todo para hablar con la familia o enviar correos electrónicos», destacó Torres, autor del blog «Vísperas».

El nombre es una metáfora de la realidad cubana, «siempre en vísperas de cualquier cosa: de que llegue la carne a la carnicería o de que mañana llegue el pan mejor», dijo con ironía el bloguero.

La conferencia comenzó con unas palabras de John Lansing, director del Broadcasting Board of Governors (BBG), la división del Departamento de Estado encargada de las emisiones patrocinadas por EE.UU. por todo el mundo que ha organizado esta reunión.

Lansing resaltó el valor de internet como un espacio para «conectarse la gente y apoyar la libertad de expresión e intercambio de ideas e información», una actividad a la que, subrayó, debe tener acceso todo el mundo sin «miedo a represalias».

Se declaró preocupado por el declinar de la «libertad en internet» en estos momentos y, tras alabar el «paso sin precedentes» dado por el presidente estadounidense, Barack Obama, para la «normalización de las relaciones con Cuba», criticó el «limitado acceso a internet» en la isla.

Torres y Rodríguez se mostraron más que de acuerdo.

Licenciado en Comunicación Social, Torres perdió su empleo estatal a causa de las «compañías que frecuentaba»: periodistas independientes, disidentes y activistas.

Ahora, desde su blog, no visible en Cuba, al igual que el de Rodríguez, que tiene el nombre de «Salir a la manigua», Torres, natural de Santiago deCuba, lucha por «proteger» los «derechos humanos y la defensa del uso libre de internet» en la isla.

«El alto precio para acceder a internet está diseñado por el Gobierno cubano para disuadir a la gente», viene a ser algo como «yo no te lo estoy prohibiendo, pero te lo pongo a un precio que es como si te lo prohibiera», indicó Rodríguez, también de Santiago de Cuba.

Para Joanna Columbié, directora de la «Academia 1010» del movimiento político Somos+ y llegada a Miami desde La Habana, «Cuba tiene aparentemente apertura en internet, pero, detrás de eso, sobre el contenido de lo que publicamos, hay una censura».

Y precisó en qué consiste el ahogo de la libertad de expresión en internet: «Hay palabras claves censuradas en los correos electrónicos, palabras como democracia o Somos+. Si las escribes el correo electrónico no llega a su destinatario o llega en blanco», denunció la activista, una de las panelistas de esta conferencia.

En suma, «hay una censura total sobre el contenido de la información que se transmite, tanto a través de internet como por correo electrónico», puntualizó Columbié, quien fue despedida de su trabajo en el ámbito educativo por «publicar en Facebook sencillamente una crítica sobre la situación del sistema cubano».

Preguntada sobre las posibilidades de sortear este poder coercitivo, respondió: «No hay forma de evitar el control que tienen sobre nuestros correos electrónicos. Hay un único proveedor de internet», la estatal Etecsa, y «la ilegalidad de revisar nuestros correos la consuman como algo normal».

Mai Truong, de Freedom House, desgranó en la conferencia algunos puntos de la situación del uso de internet en Cuba y comenzó diciendo que desde la organización se contempla «más que nunca antes oportunidades y esperanzas para la apertura» de la isla.

Ligeras mejorías como el «aumento de los centros de conexión de internet y de contenido independiente» no bastan para que Cuba deje de ser un «país no libre» con «muchas limitaciones en internet, conectividad restringida por el Estado, censura de los mensajes de texto (SMS) y sin una ley que proteja la libertad de expresión, puntualizó Truong.

Pese a todo, en opinión de Alan Gross, el estadounidense que pasó cinco años preso en Cuba precisamente por ayudar a comunidades judías de la isla a conectarse a la red, la apuesta por internet allí, desde que se legalizó su uso, es una «gran oportunidad, aunque mucha gente no lo crea». 




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