Gerardo Rangel Sánchez
José Barrios no se imagina las calles Girardot y Comercio sin aguas negras. Toda mi vida, desde que era pequeño, recuerdo siempre esta situación. Son muchos los valencianos que observan el problema que es de vieja data, aguas cloacales fluyendo libremente por esas vías del centro de Valencia.
El mantenimiento a la red de tuberías de aguas servidas es prácticamente nulo. Además no se dan abasto, resulta pequeñas por el desarrollo que ha tenido de la ciudad.
La gran cantidad de invasiones a las antiguas casonas ha perjudicado a los habitantes y comerciantes del sector. Los desechos arrojados a las tuberías contribuyen a que se tapen los drenajes. Está situación se repite todo el tiempo, cuando no es una cloaca rota es un bote de aguas blancas, lamentó una vendedora informal quien no quiso identificarse, son más de 10 años trabajando en este punto y todo sigue igual, agregó.
La avenida Boyacá es otra de las más afectadas por las aguas residuales, en total las calles Comercio, Girardot y 5 de Julio se encuentran anegadas por aguas negras. Los comerciantes de la zona alegan que la solución definitiva es la sustitución de las tuberías que datan de más de 60 años.
En muchos caso son los locales que se encuentran abandonados los que presentan fallas en las tuberías generando botes de aguas blancas que fluyen libremente por la vía y dañan el asfalto, este es el caso de la calle 5 de Julio cruce con Urdaneta, que era intransitable. Cuadrillas de la alcaldía repararon el problema pero escombros todavía impiden el libre tránsito.
La presencia de indigentes sigue en crecimiento, a la policía municipal no se le ve por esos lados, a pesar de que la sede principal de esa institución está ubicada enfrente de la plaza Bolívar.
Con el desarrollo del norte de Valencia fueron muchas las familias que se mudaron a las nuevas urbanizaciones de esa época, dejando las casas abandonadas o convertidas en locales comerciales. Lo que debería ser el punto más emblemático de la ciudad y el orgullo de los ciudadanos es una zona abandonada y peligrosa, donde la inseguridad reina y sus vecinos deben entrar o salir rápido de sus casas para evitar ser atracados.
