Delson Guarate, quien agotó las instancias locales y regionales, acudirá a Naciones Unidas. (Foto César Pérez)

Luis Alejandro Borrero || lborrero@el-carabobeno.com

Se agotan las instancias. Recrudece la crisis sanitaria. ¿Estará la solución más allá de las fronteras? Se preguntan muchos. El alcalde del municipio Mario Briceño Iragorry, Delson Guarate está por averiguarlo. Hoy acudirá a la sede de Naciones Unidas buscando apoyo.

Desde febrero la falta de recursos le impidió al alcalde aragüeño gestionar la acumulación de basura, denunció. Los recursos aprobados por el Ejecutivo no llegaron. Explicó que nunca obtuvo unidades compactadoras de desechos a través del Fondo de Compensación Interterritorial. “Supimos que hace poco llegaron las unidades y están secuestradas en el municipio Mariño”.

Más de 10 veces Guarate ha pedido acercamientos. Solicita reunirse con el Ejecutivo regional. El gobernador Tareck El Aissami descartó peticiones, argumentando que no se reúne con fascistas. La Cámara Municipal, de mayoría roja, solicitó la inhabilitación del alcalde y el próximo martes ediles acudirán al Tribunal Supremo de Justicia para intentar destituir a Guarate.

Este jueves el mandatario local acudió nuevamente a la sede regional del Ministerio Público. Recordó que el fiscal nacional 88 con competencia ambiental está encargado de investigar la crisis sanitaria en el municipio. “Seguimos sin respuesta, hoy vine a hablar con el fiscal superior y no fui recibido”.

La comunidad: el efecto colateral

Los vecinos no aguantan más. Este miércoles cerca de las 8:00pm pusieron decenas de bolsas de basura en la avenida principal de la urbanización Caña de Azúcar, a 6,5 kilómetros al noroeste de Maracay. “No aguantamos los olores y gusanos en las casas. Estamos en emergencia sanitaria” opinó Silvia Rangel, vecina.

Permanece la insalubridad en una de las dos parroquias del municipio de 140 mil habitantes. La avenida principal de Caña de Azúcar está parcialmente trancada por basura. “Los vecinos tomamos acciones porque no soportamos”. Rangel agregó que iniciarán cacerolazos para exigir limpieza.

Poco importa la política para los vecinos. “Que dejen sus diferencias de lado”. Están hastiados de tener que prender velones, comprar eucalipto y vivir encerrados para disfrazar el olor. “No dejaremos de protestar hasta que nos resuelvan”.

Más de ocho toneladas de basura se acumulan en el municipio. La densidad poblacional genera mil 500 kilogramos de desechos diarios. Los vecinos exigen respuesta. Una crisis política estanca soluciones.




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