Trasladaron a habitantes de las localidades más vulnerables a refugios. (Foto Archivo)

AP

Las autoridades en la península de Baja California ultimaban los preparativos para la llegada del huracán Odile, que se debilitó ligeramente a categoría 3, pero podría fortalecerse de nuevo y no se descarta que toque tierra durante la noche o que entre por el Mar de Cortés.

El director de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, alertó por la mañana de la «alta peligrosidad» de Odile y dijo que se había decretado la alerta máxima en la península. Indicó que ya han comenzado a trasladar a los habitantes de las localidades más vulnerables a refugios que podrán albergar hasta 30.000 personas.

Por la tarde, los vientos y el fuerte oleaje comenzaron a sentirse con fuerza en la punta sur de la península.

El Centro Nacional de Huracanes en Miami informó que Odile tenía el domingo por la tarde vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (125 millas por hora) y su vórtice se ubicaba a 225 kilómetros (240 millas) al sur-sureste del extremo meridional de Baja California y a 425 kilómetros (265 millas) al oeste de Manzanillo, en el estado de Colima. Odile se desplazaba en dirección norte-noroeste a 24 kph (15 mph).

«Todos los preparativos para proteger vidas y daños materiales deben completarse de manera urgente», indicó el centro en un boletín.

El centro agregó que los vientos huracanados se sentirían a 85 km (50 m) del vórtice, mientras que los efectos de tormenta tropical llegarían hasta los 295 km (185 m).

En Cabo San Lucas, en el extremo meridional de la península, comenzaron las compras de emergencia de gasolina, agua embotellada, comida, lámparas de mano y pilas. Los negocios del centro de la localidad colocaron tablas para protegerse y la policía local recorría las colonias en situación más crítica para pedirles que se trasladaran a los albergues.

«Me voy. Acá está muy peligroso. Más tarde vamos a quedar incomunicados y mi casa de madera y lámina de cartón no va aguantar mucho», dijo a la AP Felipa Flores, originaria del estado de Guerrero y habitante de la colonia El Caribe, mientras guardaba sus pertenencias principales en una bolsa de plástico y alistaba a sus dos hijos para ir al albergue.

En el aeropuerto de San José del Cabo se cancelaron 22 vuelos, la mayoría procedentes o con destino a Estados Unidos, lo cual afectó a unos 3.000 turistas, dijo Martín Pablo Zazueta, director del Aeropuerto Internacional de San José del Cabo.

«Mucha gente quiere salir ahorita en el vuelo de Tijuana que sale a las siete de la noche, pero el avión ya está lleno», recalcó.

El Comité Nacional de Emergencias se activó desde la mañana del domingo y todos los servicios de protección civil, así como el ejército y 800 elementos de la marina de Baja California están vigilando la situación y tienen preparada maquinaria en las zonas donde pudieran producirse deslaves.

Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil de México, indicó que se han habilitado 164 refugios con el material de primera necesidad para atender hasta 30.000 personas en el estado de Baja California Sur, en concreto en las zonas de Loreto y Los Cabos.

«Lo más importante es que la población esté en alerta preventiva» y atenta a la información de protección civil, añadió.

Las poblaciones pequeñas y costeras son las más vulnerables a las mareas, vientos y fuertes lluvias que puede provocar Odile, pero también se alertó a las zonas turísticas.

La ocupación hotelera es baja en estos momentos, señaló Luis Felipe Puente, pero se advirtió a los turistas que ocupen las zonas resguardadas de los hoteles y se alejen de puertas y ventanales, además de que eviten salir ante la caída de árboles o material urbano.

Las autoridades también señalaron que la Comisión Federal de Electricidad posiblemente corte el suministro en algunos puntos para evitar problemas mayores por si la fuerza del viento se llegara a caer alguna torre de alta tensión.

Los puertos en Baja California Sur permanecerán cerrados.

Aunque ese estado es el punto donde se prevé que Odile tenga mayor impacto, la alerta incluye también el norte de la península y los estados de Nayarit, Colima y Sinaloa, al otro lado del Golfo de California.

Los hoteles de Los Cabos alertaron a lo largo del día a sus clientes de las precauciones a tomar, como acudir a los salones habilitados como refugios en cuanto la situación empiece a complicarse, que tuvieran su equipaje listo y lo metieran en los baños y se quedaran con el pasaporte y objetos de primera necesidad con ellos, indicó a la AP Miriam Duque, responsable de atención a clientes del hotel Meliá Cabo Real, en Los Cabos.

«Nosotros no vamos a evacuar a nadie porque estamos considerados refugio seguro», explicó Raúl Caudillo, gerente del Holiday Inn de la misma localidad.

Algunos hoteles de este destino turístico han puesto banderas negras como aviso de que las playas se encuentran cerradas y que practicar el surf es altamente peligroso mientras recogían mesas, sillas y todo el mobiliario que pueda salir volando de las terrazas y ponían mallas anticiclónicas en las ventanas. En muchos lugares también distribuían a los huéspedes películas y juegos para que se entretengan en los lugares seguros.




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