El Gobierno recalcó la necesidad de ahorro energético pero los postes siguen encendidos de día. (Foto Andrews Abreu)
Cristhopher Borrero
En Carabobo hay múltiples ejemplos de derroche energético. Varios postes de luz de la avenida Bolívar permanecen encendidos a cualquier hora del día. El fenómeno se repite en las avenidas Andrés Eloy Blanco y Fernando Figueredo, así como en los sectores de Santa Cecilia y Agua Blanca, en Valencia. También se evidenciaron situaciones similares en San Diego y Naguanagua.
En promedio cada poste de luz consume 633,33 vatios por día, lo que representa unos 231 mil 166,66 vatios al año, los cuales son generados, calculados, registrados y cobrados al bolsillo del consumidor, estimó Nelson Rocha De Ponte, ingeniero industrial especializado en gestión ambiental y desarrollo sostenible.
La semana pasada el Gobierno nacional anunció la reducción del horario laboral de los empleados públicos, con el objeto de disminuir los gastos de electricidad en las dependencias del Ejecutivo, debido a que la ola de calor demanda mayor uso de aire acondicionado. A los ciudadanos se les pidió además hacer uso racional del servicio en sus hogares, sin embargo en algunas avenidas los postes están encendidos a plena luz del día.
El experto explicó que con el estimado anual de consumo de un solo poste, se puede visualizar cuánta energía es desperdiciada en el país. “Este es solo uno de los problema que se vinculan al consumo energético nacional y al cual el gobierno aún no le ha hallado respuesta”.
Para el ingeniero, las fallas nacionales demuestran la incompetencia del titular de la cartera ministerial de Energía Eléctrica, Jessy Chacón, quién pese a tener dos años en el cargo aún no ha desarrollado un mecanismo eficaz para salir de la crisis energética que afecta al país desde 2009.
La Venezuela con soberanía energética se resume a un sueño. Solo entre 2008 a 2013 se invirtió unos 110 mil millones de dólares, destinados exclusivamente a resolver emergencias, más no ha solventar el problema de raíz.
Rocha De Ponte observó que las pretensiones para racionar más el consumo eléctrico de los ciudadanos, no representa una solución al problema sino un aliciente político. La capacidad instalada de generación energética en Venezuela es de 33 mil megavatios, con lo cual, se podría hacer frente a la demanda de 18 mil megavatios, según aportes de expertos en la materia.
