Juan Carlos Caramés 

Twitter: @juanccarames

Podemos elegir entre vivir en una
caverna o construirnos una casa con un bello panorama. Es importante que
desarrollemos un sentido de plenitud con nuestras vidas, esto significa que
debemos contemplar la suma total de nuestros triunfos y fracasos, y no sólo
donde estamos hoy. Cada uno de nosotros ha realizado cosas considerables aun
cuando el día de hoy no parezca haber sido bueno.

Se cuenta la historia de un
granjero que cultivaba calabazas, quien un día iba atravesando su campo, cuando
se encontró con una pequeña jarra de vidrio. Por simple curiosidad metió un
tierno tallo de calabaza por el cuello de la jarra. El tallo empezó a crecer
dentro de la jarra hasta que un día apareció una pequeña calabaza. La calabaza
creció hasta llegar a ser del mismo tamaño que la jarra. Comparémonos a
nosotros mismos y nuestra propia imagen con la calabaza metida en la jarra. Nos
colocamos límites, ya que hemos formado un cuadro mental de “nosotros”. Creemos
en una imagen que hemos pintado de nosotros mismos, y no dudamos de su validez.

Las personas que se consideran
fracasadas por lo general actúan de tal forma que fracasan, por mucho que se
esfuercen por triunfar. Los que se consideran desafortunados parecen encontrar
maneras de demostrarse su “mala suerte”. Casi todo el tiempo subestimamos
nuestro potencial. Cada uno de nosotros debe pintarse un cuadro más grande de
sí mismo. Y mientras nos pintemos un cuadro más grande, sólo creceremos tanto
como nos lo permitan nuestros límites (o nuestra jarra).

El doctor Maxwell Maltz, célebre
cirujano plástico y escritor, ha dicho: “Nunca se es demasiado joven o
demasiado viejo para cambiar la propia imagen. Nunca es demasiado tarde para
comenzar una vida más productiva y creadora”.

Ya no miremos hacia atrás. Muchas
personas se amargan porque se pasan el tiempo compadeciéndose de sí  mismas, por deseos o ambiciones no
realizados: “Oh, si volviera a vivir mi vida, no volvería a cometer los mismos
errores”. Claro que no, ¡se cometerían otros muy distintos! En la vida es
importante recordar que cuanto más tiempo se permanece joven, menos tiempo se
verá viejo.

Cada uno de nosotros tiene enorme
recursos intactos. Llamémosle desarrollo espiritual, o como ustedes gusten.
Cada uno de nosotros tiene más que dar de lo que jamás hayamos dado. Cada uno
de nosotros tiene más habilidad, fuerza, energía, ideas o sabiduría de lo que
nadie nos haya pedido. En la vida, lo importante no es lo que tenemos: es lo
que hacemos con lo que tenemos. Dice Herbert Otto: “Todos estamos funcionando a
una minúscula parte de nuestra capacidad de vivir plenamente en su total
significación de amor, cuidado, creación y aventura. Por consiguiente, la
realización de nuestro potencial se puede volver la aventura más emocionante de
nuestra vida”.

Para algunas personas, salirse de
la rutina es la montaña más alta que hayan tenido que ascender. La rutina es
confortable porque es predecible. Nos ofrece estabilidad y seguridad. Si hoy
hacemos las mismas cosas que hemos hecho durante los cinco años pasados,
podremos predecir los resultados…y eso nos da estabilidad.

La tragedia de la vida no es la
muerte, sino lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos.  Dígase una y otra vez que no se sentará a
aburrirse de la vida. Los triunfadores enfocan la vida con la actitud de que
antes “preferirían agotarse por abusar de sus talentos y habilidades que
herrumbrarse por quedarse, al margen, viendo pasar la vida”.

Recuerde algo muy importante,
para el resto de su vida:

El ayer es un cheque cancelado.

El mañana es un pagaré
promisorio.

El día de hoy, es efectivo.
¡Utilicémoslo!

Dice Heather: “La persona más
incapacitada del mundo es la que piensa en forma negativa. Una de las grandes
cosas de la vida es nuestra capacidad de triunfar pasando por encima de
dificultades o desventajas. Si usted tiene confianza en sí mismo y en sus
capacidades potenciales, no deje que nadie lo convenza de lo contrario.
Asegúrese de que tiene razón, y luego, ¡adelante!

Harry Truman dijo una vez: “Los
triunfadores nunca abandonan la pelea”. Y es verdad. Los auténticos triunfadores
nunca se asoman desde una meseta: siempre están trepando más arriba.

Fuente: Art Garner. Por qué
triunfan los triunfadores. Adaptación propia.




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