Yeferson José Mejía Canencia estaba indocumentado. (Foto Archivo/El Carabobeño)

Altagracia Anzola

En la morgue de Bello Monte, en Caracas, los familiares de Yeferson José Mejía Canencia, de 13 años de edad, realizaban trámites para retirar el cuerpo que ya cumplía tres días en la sede de ciencias forenses. El adolescente fue asesinado el sábado por la noche, cuando quedó atrapado en un tiroteo entre bandas al este de la capital.

La demora para entregar el cadáver se debió a que Mejía estaba indocumentado. Era natural de Colombia, en el Departamento del Atlántico y hace tres años vino a Caracas a vivir con sus padres, quienes partieron un año antes buscando un mejor porvenir.

El sábado a las 7.00 de la noche, Yeferson Mejia, estudiante del primer año de bachillerato en el liceo Antonio Ortega Ordoñez, ubicado en Palo Verde, salió de su vivienda en el sector La Machaca, barrio San Blas, en Petare, municipio Sucre para comprar una tarjeta de recarga telefónica.

El adolescente partió en su bicicleta pero en la vía se encontró en medio de una balacera y fue herido de un disparo mortal en la cabeza. Hubo otro herido en el hecho, un menor de 14 años de edad, de nombre Julio Alejandro Danquez, quien recibió tres balazos y fue atendido en un hospital de la zona.

Luzmila Canencia, tía del liceísta, contó que cuando escucharon los disparos, el esposo de una sobrina salió a la calle y encontró al muchacho herido sobre su bicicleta. Lo auxiliaron para llevarlo a un hospital, pero cuando llegaron al centro Dr. Domingo Luciani, ya estaba muerto.

Lo confundieron

Entre los familiares que esperaban a las afueras de la medicatura forense estaba la madre y hermanos de Edison Rafael Bermúdez Torrealba (25). A las 6:00 de la tarde de este lunes llegaba a su casa, en el barrio Las Malvinas, parroquia El Valle y allí fue sorprendido por delincuentes que le quitaron la vida frente a su esposa.

Bermúdez trabajaba vendiendo pescado en un puesto que su padre atendía desde hace algunos años en el mercado mayorista de Coche. Volvía con su pareja de comprar los estrenos de su hija de 3, cuando fue ultimado.

Su madre, Santa Torrealba, sostuvo que se trató de una confusión. Los homicidas, dos hombres que nunca antes vieron por la zona, le preguntaron a su hijo si él era “El Sombra”, a lo que el respondió negando ser la persona que buscaban. Aún así, le dispararon.

La esposa del joven intentó defenderlo, pero la amenazaron de muerte. Frente a ella le efectuaron los más de 8 disparos, tres de estos en el pecho que fueron fulminantes.




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