EFE

Al menos 82 personas murieron y más de 500 resultaron heridas en el ataque más mortífero perpetrado por los aviones de la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen, que tuvo como blanco la ceremonia fúnebre de la madre de un ministro del Gobierno de los rebeldes en la capital, Saná.

Gazi Ismail, portavoz del Ministerio de Sanidad del Gobierno de los rebeldes hutíes (chiíes), contra los que actúa la coalición militar árabe, anunció en una rueda de prensa la cifra de víctimas, que podría aumentar en las próximas horas.

El portavoz dijo que se ha pedido a todos los médicos especialistas que acudan para «salvar a los heridos» y a los ciudadanos que donen sangre, y lanzó un llamamiento a las organizaciones internacionales que actúan en Yemen para que también presten atención médica y tratamiento a los centenares de heridos.

El bombardeo tuvo lugar cuando cerca de un millar de personas expresaban sus condolencias a la familia del ministro rebelde del Interior, Yalal al Ruishan, en un salón de eventos del barrio residencial de Al Jamsín, en el sur de Saná.

La ceremonia no era un velatorio, porque según el islam no se vela a los muertos y el cuerpo del difunto debe enterrarse lo antes posible, pero la familia del fallecido recibe el pésame y reza en compañía de conocidos, amigos y parientes.

Durante el transcurso del acto, cuatro bombardeos consecutivos golpearon la sala, que quedó completamente destruida, así como partes del recinto en el que se ubica y vehículos aparcados en los alrededores.

Los últimos dos ataques fueron lanzados en el momento en el que ya habían dado comienzo las labores de evacuación y rescate, por lo que desataron el pánico de los presentes, relataron testigos a Efe.

Decenas de personas se acercaron al lugar del ataque para averiguar la suerte de parientes y conocidos que habían acudido a la ceremonia, a la que asistieron asimismo dirigentes del movimiento rebelde de los hutíes, que controla Saná y amplias zonas del país.

Una fuente anónima del grupo dijo a Efe que entre los fallecidos podría haber líderes del Gobierno insurgente.

Por su parte, la alianza militar negó haber «efectuado ningún sobrevuelo sobre Saná» hoy, según un breve comunicado emitido por cadena de televisión saudí Al Arabiya, la cual no ofreció más detalles sobre quién podría estar entonces detrás del ataque.

Hace poco más de dos semanas, 25 civiles murieron, la mayoría mujeres y niños, y más de 70 resultaron heridos en un ataque aéreo de la coalición árabe sobre un barrio residencial de la ciudad portuaria de Al Hodeida, en manos de los hutíes.

En esa ocasión, varios dirigentes destacados del movimiento rebelde salieron ilesos, entre ellos el presidente del Comité Supremo de la Revolución, Mohamed Ali al Huti, y los miembros de la Oficina Política del movimiento rebelde, los hermanos Mohamed y Ali al Emad.

Ese comité fue la máxima instancia de poder de los hutíes, hasta la formación en agosto pasado del Consejo Político para dirigir el país, de forma paralela al Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, el único reconocido por la comunidad internacional.

La coalición árabe ha sido acusada de atacar repetidamente objetivos civiles, incluidos hospitales y personal sanitario en Yemen, pero el mando militar de la alianza, con sede en Riad, ha rechazado categóricamente las críticas de organizaciones internacionales, como la ONU y la Cruz Roja, además de ONGs.

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado varios bombardeos de los aviones árabes contra centros apoyados o gestionados por la organización humanitaria, el último de ellos, el pasado agosto sobre el hospital de Abs, en la provincia de Haya (noroeste), en el que murieron 19 personas.

A principios de este año, otro hospital gestionado por MSF en la provincia norteña de Saada fue bombardeado y cinco personas perdieron la vida. También en enero, MSF denunció la muerte de un conductor de una ambulancia y otras cinco personas que viajaban en el vehículo, alcanzado por un proyectil en Saada, bastión de los rebeldes hutíes.

El conflicto en Yemen estalló cuando los rebeldes chiíes ocuparon en septiembre de 2014 la capital y otras provincias del norte y centro del país, tras lo que el Gobierno yemení se trasladó a la ciudad meridional de Aden.

La guerra se recrudeció en marzo de 2015, cuando la coalición militar integrada por países suníes y respaldada por EE.UU. intervino directamente en el conflicto a favor de las fuerzas leales a Hadi, que huyó de Aden y se exilió en Riad.




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