EFE
Los
bosques secundarios son un arma importante contra el cambio climático en los
trópicos Latinoamericanos por su capacidad para capturar y almacenar el dióxido
de carbono producido por la actividad humana, según un nuevo estudio que
publicó este viernes la revista Science Advances.
La investigación estima que estos bosques pueden absorber una cantidad de
dióxido de carbono equivalente a las emisiones de carbono de los procesos
industriales y del uso de combustibles fósiles emitidos en toda Latinoamérica y
el Caribe entre 1993 y 2014.
Los bosques secundarios son una vegetación que coloniza áreas cuya vegetación
original desapareció parcial o totalmente debido a perturbaciones naturales o
humanas, según los definió la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1978.
Con su investigación, Robin Chazdon y su equipo muestran que la regeneración de
los bosques secundarios ofrece un gran potencial para la captura y
almacenamiento de carbono y, por tanto, para la mitigación del cambio climático
en los trópicos latinoamericanos.
Diez países concentran el 95% del potencial de almacenamiento de carbono,
encabezados por Brasil, Colombia, México y Venezuela.
«Combinada con el freno de la nueva deforestación y un manejo sostenible
de los bosques tropicales, la capacidad de capturar dióxido de carbono de los
bosques secundarios podría ser una solución para alcanzar objetivos de
mitigación del carbono a nivel internacional y objetivos de recuperación
forestal», concluye el estudio.