El agua servida se extiende por varias calles. (Foto Angel Chacón)

“Aquí la gente tiene que saltar como los sapos”, expresó Alfredo Guevara, comerciante. Desde hace más de un año un intermitente bote de aguas negras afecta a vecinos y trabajadores de la parroquia Candelaria. El flujo constante prácticamente imposibilita el paso peatonal, extendiéndose por tres calles.

En la avenida Escalona con calle Rangel los carros deben ir con cuidado. Quienes están horas en el sitio manifestaron sufrir dolencias en el área de la garganta por el fuerte olor, tal es el caso de Guevara.

“Hemos llamado a Hidrocentro pero no dan respuesta”, manifestó el comerciante. Camiones han llegado al área con mangueras a destapar la tubería, pero de acuerdo a Guevara, vuelve el problema en pocos días.

Anaíz Mendoza explicó que al mediodía debe cerrar las santamarías de su negocio como consecuencia del olor. “No podemos estar más tiempo, el hedor es insoportable”, lo cual afecta sus ventas. Añadió que no pueden utilizar los baños dentro del establecimiento pues están tapados. La obstrucción es en la red cloacal de toda la zona.

“Hemos llamado hasta la alcaldía y no somos los únicos afectados. Arriba de los comercios hay edificios”, indicó. Hace unos meses al abrir notaron que el agua servida llegaba hasta el depósito. “Ese día lo que hicimos fue limpiar. Es horrible la situación”. (SP)




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