Sara Pacheco
El 7 de abril fue restablecido el paso en la calle Cantaura. Luego de un mes de reparaciones en una alcantarilla, pero ahora está nuevamente clausurada. Los vecinos cercanos asumieron la decisión, tras el brote de aguas servidas que molesta y enferma a quienes residen cerca de esta calle.
Se encuentra en la parroquia Candelaria, entre los sectores Candelero y El Calvario. La barrera que impide el paso de vehículos, son bolsas de basura llenas. Aunado al desbordamiento de aguas servidas que recorren la calle, está el hedor que produce la basura acumulada.
(Foto: Saúl Zerpa)
Para Leiservy Wilkerman han sido meses de preocupación, pues vive frente a la alcantarilla que estaba en reparación, donde caen las cloacas y es el lugar donde hoy yacen decenas de bolsas negras con desechos. “Los vecinos de la parte alta del barrio decidieron cerrar, para que los carros no pasaran por la calle, porque chispeaban sus casas con agua negra. Esto parecía una cascada”.
A esto se le suman huecos a los que se les canta la canción del cumpleaños, falta de alumbrado público que transforma la calle en una boca de lobo y la evidente falta de atención por parte de autoridades, a pesar que se encuentran muy cerca el Palacio de Justicia y la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET), dos instituciones emblemáticas para la ciudad.