Dayrí Blanco
Desde el balcón de su apartamento en San Diego, Carlos García ve en primera fila la crisis eléctrica. Con el servicio suspendido en su residencia desde hace dos horas y media observa un sector con luces encendidas y otro oscuro. 30 minutos más tarde todo cambia. “Llegó la luz”, exclama su nieta y él responde: “Pero se fue en las urbanizaciones de al lado”. No es casualidad. Se trata del plan de racionamiento sectorizado aplicado por el Ejecutivo a través de Corpoelec y que ubica a Carabobo de segundo en la lista de afectación.
148 megavatios (MW) diarios se deben ahorrar en el estado de los mil establecidos en todo el país, según Abel Guzmán, secretario general del sindicato de Corpoelec en la región. Esto representa el 7% de la demanda carabobeña calculada en dos mil MW que afecta a 180 mil 556 habitantes.
Pero los números irán incrementándose negativamente cada vez que el nivel del Guri cae. Al llegar a la temida cota 240 sobre el nivel del mar serán 650 MW los que se racionarán en Carabobo que es igual a 33% de la demanda y que afectará a 902 mil 778 habitantes con bloques de interrupciones eléctricas de 24 horas, de acuerdo a una investigación realizada por el ingeniero José Aguilar.
A partir del 15 de marzo se intensificó este plan en 20 estados del país con una afectación de 900 mil hogares que equivale a 4,5 millones de habitantes. Se establecieron tres bloques. El primero de seis horas desde la medianoche hasta las 6:00 a.m. Otro de cuatro horas desde mediodía hasta las 4:00 p.m. Y uno de cinco horas de 7:00 p.m. a 11:00 p.m.
“En el primer bloque con seis horas de duración había que racionarle a Carabobo 159 MW que era el 13% de lo que se racionaba en el país. Pero en cada bloque de racionamiento hay números circuitos, entonces estos se rotan, quitamos 159 MW durante dos horas a estos, luego en las siguientes dos horas a estos otros circuitos los mismos 159 MW, y así hasta completar los GWh (energía) que se tiene que racionar”. Mientras más demanda hay más grande es el racionamiento, se trata de que no sea más de dos horas por sector, cuando se hace un corte de mayor tiempo es porque algo sale mal en las maniobras de desconectar y reconectar.
Esto se traduce entre 16 y 20 horas al día de racionamiento en la entidad que se realizan de manera sectorizada, según determinó el ingeniero eléctrico Raúl González Acuña. En zonas más lejanas, con menos población y poco impacto comunicacional y político, los cortes son más extensos y pueden llegar hasta 12 horas.
De esta manera Carabobo figura en la lista como el segundo estado más afectado con estos planes. Aguilar señaló que el 13% del ahorro energético nacional se aplica en esta región. Zulia lidera la lista con 20%. Anzoátegui, Bolívar y Aragua siguen con 11%, 9% y 7%; y Miranda Sur, que excluye a los municipios de la Gran Caracas se ubica de sexto con 5%.
CRISIS ADVERTIDA
Desde el sindicato se fue insistente. Reiteradas ruedas de presa dio Guzmán para advertir desde 2008 la criticidad que pudiera alcanzarse como consecuencia del impacto del fenómeno natural El Niño sumado a la falta de mantenimiento preventivo y reincorporación de megavatios vitales al SEN. Pero el Gobierno no hizo caso a estas alertas.
Varias propuestas se presentaron para ser tomadas en cuenta en invierno y verano. “Ya es poco lo que se puede hacer. Estamos en estado crítico y solo los racionamientos podrían alargar el colapso”.
Aguilar lo explicó de manera más técnica: la causa de la crisis es la continuada y crónica ausencia de suficiente potencia (MW) que no permite producir la necesaria energía (GWh) para complementar la hidroelectricidad del país ubicada en el bajo Caroní (Guayana) y Los Andes.
ELECTRODOMÉSTICOS A BAJA FRECUENCIA
Son varias las medidas que ha tomado el Gobierno de manera desesperada para evitar que el embalse del Guri llegue a su cota de 244 metros sobre el nivel del mar, que es el punto mínimo donde pueden operar las 10 máquinas más grandes, y que provocaría que salgan seis mil megavatios del SEN que representan 45% del suministro actual del país. Además del racionamiento se bajó la frecuencia de energía. Es una acción que parece imperceptible pero que está causando fallas en los electrodomésticos.
El ingeniero González Acuña explicó que la frecuencia en Venezuela es de 60 hertzios y según la norma de calidad eléctrica solo puede haber una diferencia máxima de 0,5%. Pero en medio de la crisis, para que se turbine menos en el Guri se bajó hasta 58,60 hertzios, lo que en principio solo ocasionaba retrasos en los relojes digitales pero que están provocando que neveras y aires acondicionados no funcionen como deberían.