Gross fue arrestado y encarcelado en diciembre de 2009. (Foto Archivo)

EFE

La Casa Blanca volvió a urgir este miércoles al Gobierno de Cuba a que libere al contratista estadounidense Alan Gross, preso en la isla desde 2009, y reiteró la preocupación por su estado de salud cuando se cumplen cinco años de su detención y encarcelamiento.

«Hace cinco años Alan Gross fue arrestado por sus esfuerzos para ayudar a los ciudadanos cubanos a tener mayor acceso a la información a través de internet», recordó en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Según Earnest, el Gobierno del presidente Barack Obama sigue «centrado» en lograr la liberación del contratista, de 65 años, y continúa «profundamente preocupado» por su estado de salud.

La liberación de Gross «eliminaría un obstáculo hacia unas relaciones más constructivas entre Estados Unidos y Cuba», concluyó el portavoz de Obama.

Gross fue arrestado y encarcelado en diciembre de 2009, cuando trabajaba en la isla como contratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).

Catorce meses después fue juzgado y condenado a 15 años de prisión, acusado por el Gobierno cubano de «acciones contra la integridad territorial del Estado».

EE.UU. mantiene que Gross trataba simplemente de proporcionar acceso «sin censura» a internet para «una pequeña comunidad religiosa» judía en la isla y espera que «no pase otra navidad sin estar con su familia», según indicó esta semana una alta funcionaria del Departamento de Estado.

En otro comunicado, el Departamento de Estado consideró este martes «muy decepcionante» que el Gobierno cubano no haya liberado a Gross y enfatizó que el contratista empezará hoy «su sexto año de encarcelamiento injustificado en condiciones difíciles».

Según su familia, la salud de Gross se ha «deteriorado severamente» en estos años, durante los que ha desarrollado artritis degenerativa en una pierna y una afección en el hombro. También se ha especulado sobre el desgaste de sus facultades mentales.

Su esposa, Judy, emitió también hoy un comunicado en el que afirma que su marido «ha pagado un precio terrible por servir a su país».

Tras cinco años de encarcelamiento, «Alan está acabado. Es hora de que el presidente Obama lo traiga de regreso a Estados Unidos; de lo contrario, será demasiado tarde», advirtió su esposa.

Judy Gross, que ha pedido reiteradamente a Obama que interceda y «no lo deje morir en Cuba», interpuso en 2010 una demanda contra el Gobierno estadounidense por no haberle alertado debidamente de los peligros que corría con su labor en la isla, pero esa querella fue desestimada este año.

El Gobierno cubano ha insinuado en numerosas ocasiones su disposición a facilitar, ateniendo a razones humanitarias, la liberación de Gross a cambio de la de los tres agentes del grupo de «Los Cinco» espías cubanos condenados en 2001 y encarcelados en EE.UU., algo que el Gobierno estadounidense rechaza.




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