(Foto Archivo/El Carabobeño)

Luis Carías Toscano || Lcarias@el-carabobeno.com

A la expectativa y en incertidumbre. La situación que viven las casas de cambio no ha variado desde el año pasado, pues aún esperan por la autorización del Ministerio de Finanzas y el Banco Central de Venezuela (BCV) para incorporarse como intermediarios a través del Sistema Cambiario Alternativo (Sicad II), como se estableció en una resolución publicada en julio de 2014.

La crisis en el sector llegó al extremo de que la autorización de esa resolución determinará si las casas de cambio siguen operando o no, porque de no ejecutarse “es difícil que el negocio continúe”, expuso César Atencio, presidente de la Asociación Venezolana de Casas de Cambio, dado que para la fecha tienen más de 10 meses sin operaciones afectando su estabilidad económica. “Los socios han puesto dinero para pagar los servicios y las nóminas”.

A la fecha, representantes del organismo se han sentado con el Banco Central de Venezuela (BCV) y la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, pero la realidad es que desde el 7 de febrero del año pasado, las operaciones en las casas de cambio son limitadas.

“Se factura casi el 10% de lo que era para enero de 2014”, lo cual habla de una caída abrupta en los ingresos de las casas de la cambio. “Las comunicaciones con las autoridades gubernamentales hacen mantener la esperanza de que el gremio siga funcionando”.

El gremio cuenta con 12 casas de cambio activas en el territorio nacional, con más de 150 oficinas en lugares estratégicos como aeropuertos o centros comerciales y la capacidad de emplear a más de dos mil 500 personas, aunque Atencio reconoció que se han pedido a más del 70% de sus empleados.

El presidente de la Asociación Venezolana de Casas de Cambio aseguró que pueden colaborar en traer divisas al país mediante el turismo. “Se fijarán las tasas a los precios adecuados. Además, activar al sector se traduciría en una opción para los venezolanos en el extranjero que desean enviar remesas a sus familiares.

A su juicio, es necesario dar una opción de compra de divisas a los venezolanos, porque el Sicad II está limitado a 1.000 dólares. “Quien quiera comprar una cantidad por debajo no puede hacerlo”.

Según Atencio, si en Venezuela se fija una tasa de cambio, aunque sea alta, pero a la que todos tengan acceso, se debilitaría el mercado negro; y apuntó que para todos tengan confianza debe establecerse un precio adecuado en el tipo de cambio.




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