Las instrucciones giradas al Complejo Editorial Alfredo Maneiro por autoridades vinculadas al alto gobierno, aunque no formen parte de él, nos perjudicaron al punto que debimos agotar nuestra existencia de papel. La presión llegó a tal punto que agentes aduanales recomendaron evitar un proceso de importación, bajo el alegato de que el material sería confiscado durante el proceso de nacionalización. Empresas revendedoras de papel fueron amenazadas, incluso con el Sebin, para que se abstuvieran de vendernos la materia prima. Por supuesto que la declarada ayuda del gobernador Francisco Ameliach, que fue solicitada por distintos representantes de la sociedad civil, nunca llegó. Pero al final, casi a punto de tomar la decisión de cerrar nuestras puertas, logramos adquirir la materia prima que necesitamos para circular por un tiempo más
Así, volvemos a la calle en mejores condiciones, con más páginas e información, y con el apego a lo que ha sido nuestra línea editorial durante 82 años. Retomaremos secciones sacrificadas por problemas de espacio y ofreceremos a nuestros lectores los acostumbrados temas de interés
Esta crisis nos obligó a buscar alternativas para comunicar las noticias que los gobiernos, nacional y regional, no quieren que se conozcan. Por eso ahora, además de un Carabobeño remozado en tamaño y cantidad de páginas, ofrecemos a nuestras audiencias un portal web dinámico y actual, una emisora de radio on line y un mejorado manejo de nuestras redes sociales.
Desde este 1° de octubre nuestra realidad comienza a cambiar. Con la misma fortaleza que hemos enfrentado los avatares a lo largo de 82 años, enfrentaremos nuestro futuro como medio de comunicación y también el de Venezuela, como país de libertades.