Dayrí Blanco

No hay escasez. Las neveras de frigoríficos y carnicerías están llenas. Hay carne de primera y de segunda en cantidad suficiente. Pero no se trata de un incremento en la producción de reses sino en una reducción de 42% en el consumo nacional como consecuencia del control de precios que provocó el surgimiento de un cuarto eslabón en la cadena: el bachaqueo. 

Es imposible vender el kilo de carne en 250 bolívares como establece la providencia de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde). Pero tampoco puede ser vendida en mil 800 o dos mil como se hizo hace algunas semanas en diversos comercios, aseguró Rafael Alfano, vocero de la Asociación de Carniceros Independientes de Carabobo. 

La caída en las ventas provocó que los precios bajaran. “Es el comportamiento tradicional de la oferta y la demanda”. Los carabobeños compran cada vez menos carne y a los expendedores no les quedó otra opción que establecer en kilo entre mil 300 y mil 500 bolívares actualmente. Los precios deben sincerarse, de lo contrario los venezolanos seguirán siendo los grandes afectados al consumir menos carga proteica y los bachaqueros o revendedores se lucran de la venta ilegal del producto. 

Ventas por el suelo

En el periférico de Candelaria las ventas han bajado 68,42%. Humberto Flores, presidente de la Asociación de Expendedores del lugar, detalló que de 95 reses a la semana que salían con facilidad hasta mediados del año pasado, ahora solo logran vender entre 30 y 40. “Los precios están muy altos y la gente no compra”. 

A ellos les llevan cada animal en 830 bolívares el kilo. Un 30% de la res se pierde en el proceso del deshuese, y al sumarle todos los gastos operativos no pueden ofrecer el kilo en menos de mil 400 bolívares. 

Al Frigorífico Industrial Carabobo (Frinca), conocido como matadero, están llegando las reses necesarias para abastecer la reducida demanda regional. El número no ha aumentado, indicó una fuente del lugar. Lo que ha bajado es la intención de compra de los consumidores. 

La sequía

Según cifras de Fedenaga durante el último año el consumo per cápita de carne bajó de 24 kilos a 14 kilos. “Los venezolanos se están alimentando mal”, alertó el presidente de esta federación, Carlos Oduardo Albornoz. La producción está un período complejo por el tema climatológico. Por tercer año consecutivo el gremio advirtió que los embalses no fueron recuperados para usarlos en tiempos de sequía. 

Albornoz fue enfático. El problema es el cerco ideológico que tiene la gente atrapada en un túnel negro. “Dejando de entregarle los 100 mil barriles diarios a Cuba por un mes podemos, por ejemplo, darle a cada venezolano dos arepas”. Recordó que el año pasado murieron 300 reses por los problemas climatológicos y que este año se ha ido por el contrabando de extracción un millón de animales.  




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