Dayrí Blanco

No hay ahorro energético. 120 minutos de silencio, oscuridad y paralización de la actividad se viven dos veces al día en los centros comerciales del país. Son horas que se convierten en un revés de la tesis del Gobierno. Lo que se deja de consumir en el tiempo de la interrupción es superado al momento de hacer la restitución del servicio. La medida de Corpoelec se pierde en medio de su ejecución. 

Reiniciar los sistemas de aires acondicionados activa un alto pico de consumo eléctrico como parte del fenómeno de arranque, explicó el ingeniero eléctrico, Raúl González Acuña, especialista en eficiencia energética y cambios climáticos. El proceso de climatización tarda dos horas o más, “es un período en el que los aparatos funcionan a máxima capacidad”. 

Eso implica que lo que se ahorró durante el racionamiento se pierda y la demanda que se genera al momento de reactivar el servicio sea mucho mayor. Los equipos de enfriamiento de los centros comerciales representan el 70% del consumo de electricidad. 

Se trata de una medida que tiene un resultado contrario al esperado. “Fue inconsulta e ilegal”. El límite de 100 kilovatios amperios (KVA) ha sido mal interpretado en la disposición de Corpoelec. La estatal es la encargada de suministrar la energía en cada local de centros comerciales medianos y pequeños, y ninguno de ellos es capaz de rozar los 100 KVA. “No se puede meter a todos en el mismo saco cuando cada establecimiento tiene características particulares”. 

En los más grandes la gerencia contrata una demanda a Corpoelec para abastecer a cada negocio. Al promediar el pico máximo al mes, si supera los 100 KVA debe adoptar la medida de autogeneración de energía. 

Cinco mil 400 empleos en riesgo

Hay tiempo para conversar. Pero el tema central del debate está marcado por la preocupación. Los trabajadores de los centros comerciales sienten de cerca la crisis. Al menos cinco mil 400 puestos están en riesgo de perderse con la reducción de cuatro horas de la jornada laboral diaria. 

Son 45 centros de compra afectados con el racionamiento en Carabobo, indicó el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Guillermo Manosalva. En promedio representan nueve mil establecimientos que generan 27 mil empleos directos que cumplen con sus funciones en tres turnos rotativos. 40% de ese grupo de trabajadores está severamente afectados. Son 10 mil 800 personas de las que la mitad verá reducido considerablemente sus ingresos por concepto de comisiones por las ventas que no harán, el resto podría ser despedido. 

Medida sin sentido

El último registro de Corpoelec es claro. En 2013 el sector comercial representaba 9% del Sistema Eléctrico Nacional. Es el cuarto consumidor después de la energía no facturada (33%), la residencial (24%) y las Industrias Básicas de Guayana (15%). Esto indica que el racionamiento no se está enfocando en el blanco correcto. 

Tampoco hay sustento legal para la implementación del racionamiento. La Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico, publicada en la Gaceta Oficial 39.573, establece en el numeral 2 de su artículo 16 que la autogeneración es para suplir parcial o totalmente requerimientos de las instalaciones. “Pero el garante del servicio debe ser el Gobierno a través de Corpoelec”. 




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