Desde hace nueve meses la morgue porteña no cuenta con un médico patólogo. (Foto Noel Palencia)

Litzy Sanz Nava || lsanz@el-carabobeno.com

Si para la contratación de un entierro modesto los porteños deben contar con 40 mil bolívares, desde hace nueves meses la suma se duplica porque involucra gastos como el traslado del cuerpo desde Valencia hasta Puerto Cabello. Este servicio adicional tiene un coso que oscila entre los cuatro y seis mil bolívares.

La ausencia de un médico patólogo en el litoral carabobeño obliga a los familiares de un fallecido a cancelar el doble de lo que originalmente podría costarles, los tramites inherentes al traslado, preparación, actos funerarios y entierro de un ser querido.

El viernes 25 de julio se cumplieron nueve meses que la ciudad porteña no cuenta con un médico patólogo en Puerto Cabello. La vacante dejada por el doctor Napoleón Tocci en la morgue del hospital Adolfo Prince Lara (HPL) no ha sido ocupada. La poca disponibilidad de profesionales en esta área es determinante para que no hayan soluciones a corto plazo.

Esto trae como consecuencia que la difícil travesía de las familias porteñas que protagoniza los trámites para enterrar a un muerto, trae por añadidura la permanencia en sala de espera, mientras se realiza la necropsia en la morgue de Valencia.

“La estadía en la morgue valenciana, incrementa los costos, así como la angustia por el difícil trámite requerido para la entrega de un difunto”, condeno María de González.

Sea oriundo de los municipios de la costa falconiana o la carabobeña, al producirse el deceso e ingresar a la morgue del HPL de Puerto Cabello, los cadáveres son enviados al tanatorio de Valencia. En muchos casos el viaje es gratis, porque ante la ausencia de unidades para tal fin a cargo de Tránsito Terrestre, funcionarios de la Subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) prestan el servicio con una de sus furgonetas. De esta situación solo se escapan los decesos por causa natural, que están a cargo de dos médicos forenses disponibles en la jurisdicción para tal fin.

Consciente de esta situación, el personal de la morgue del Prince Lara aboga por los familiares de los difuntos, exhortando a sus colegas de la capital carabobeña para que agilicen los estudios y hagan los menos traumático posible el doloroso trámite.

Mientras, en el pasillo de sala de autopsias porteña un rumor cobra más fuerza: No se descarta el regreso del médico patólogo Napoleón Tocci.

Y falta la urna

Paralela a la prolongada espera en la morque de Valencia, la familia protagoniza una labor de búsqueda para la adquisición de un ataúd, que además de escasear en el país. Su precio oscila entre los 12 mil y 30 mil bolívares, dependiendo del material con se haya elaborado y el acabado.




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