Los economistas durante la presentación de sus propuestas. (Foto Andrews Abreu)

Dayrí Blanco

El tiempo se agota. Las medidas estructurales de transición económica no han sido tomadas. Los pocos anuncios inconclusos, llenos de acciones aisladas, que el Ejecutivo ha hecho no serán suficientes. En seis meses la crisis del país se agudizará. Entre leyes controladoras, una latente distorsión cambiaria, la escasez de productos básicos y un aparato productivo trabajando a menos de la mitad de su capacidad, el panorama a corto plazo luce desalentador.

El panorama fue expuesto por José Ángel Ferreira, vicerrector administrativo de la Universidad de Carabobo (UC), quien además se identificó como padre de trillizos y asalariado para explicar la dramática situación por la que atraviesa la sociedad. Los días pasan, las colas aumentan, el desabastecimiento se intensifica, la desesperanza está en todos los hogares, los venezolanos se están yendo del país y no existe una acción concreta que signifique un verdadero avance.

El sistema cambiario es un desastre. Con las medidas anunciadas hace poco más de una semana la incertidumbre y la crisis han sido peores. “Tenemos el dólar 6,3 para alimentos y medicinas y tenemos un despelote gigantesco que permite que ese valor preferencial se utilice para especular y para hacer trampa con sectores particulares del país”. Resaltó que ningún país del mundo subsidia en divisas extranjeras como se hace en Venezuela.

Académicos a la orden

A esta política cambiaria distorsionada se le suma el contexto que involucra factores como la Ley Orgánica del Trabajo, la de Precios Justos, y las medidas constantes de expropiaciones. Por eso, la autoridad universitaria junto al decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (Faces), Benito Hamidian, y diferentes representantes de su escuela de Economía dirigida por el profesor Orlando Chirivella, les ofrecieron al país y al Ejecutivo su apoyo, intelecto, talento, y conocimiento para cualquier proceso de transición que permita al país enrumbarse. “Pasan los días y no vemos las acciones pertinentes, estratégicas, integrales y sistémicas que se necesitan de manera urgente”.

Durante su intervención, el decano Hamidian fue enfático al asegurar que el país debe cambiar el modelo político y económico imperante porque el implementado ya se agotó y arrastra a la nación a situaciones de extrema penuria. El impacto de la caída de su casi única fuente de divisas aún no se siente a plenitud y podría acarrear males sociales, institucionales y situaciones de incertidumbre política a evitar.

Es tiempo, por la situación límite que se vive y que fue advertida hace dos semanas en el primer manifiesto del grupo de profesores, de una acción integral de cambio a una plataforma de acción institucional y a la toma de decisiones de Gobierno que reconduzcan el país a una gestión idónea.

Microeconomía destruida

El economista y profesor Santiago Guevara García, más allá de recalcar la grave crisis económica, señaló que existe una realidad macroeconómica dramática. El aparato estatal no cumple su función, el sector productivo expresado en sus empresas está en un proceso avanzado de destrucción, aparatos estatales básicos como el Banco Central de Venezuela, Pdvsa y las empresas básicas “están en una condición que deja mucho que desear”. Lo mismo ocurre con la función contralora del Estado y la separación de poderes.




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