AP

Con tres goles de un Cristiano
Ronaldo estelar y abundantes dosis de épica, el Real Madrid derrotó el
martes de local y por 3-0 al Wolfsburgo y se clasificó por sexto año seguido a
semifinales de la Liga de Campeones, culminando su propósito de remontar el
marcador adverso del partido de ida.

El cuadro alemán, que disputó los
cuartos de final de la Liga de Campeones por primera vez en su historia, no logró
rentabilizar la victoria por 2-0 conseguida la semana anterior en su estadio, y
vio como Cristiano volteó el resultado global con tantos a los 16, 17 y 77
minutos, engordando de paso su estadística como máximo cañonero del torneo
continental, con 16 dianas actuales, y también el histórico, donde ostenta 93
goles.

Apenas superado el cuarto de hora
de juego, el Madrid ya mandaba en el marcador electrónico y el
termómetro anímico, pues los dos tantos de Cristiano dolieron tanto por su
efecto práctico como moral, al retratar de mala manera a la defensa germana.

Los dos laterales locales,
Marcelo y Dani Carvajal, dejaron bien claras sus intenciones ofensivas desde el
inicio, pisando área con asiduidad, a veces incluso simultáneamente; y el
Wolfsburgo pareció acusar su intenso soplo, reculando metros y permitiendo que
el segundo sirviera una asistencia de oro para Cristiano, quien empujó a la red
desde el poste opuesto, después de que ningún central se animara a interceptar
el cruce.

Sin celebrar siquiera, el Madrid volvió
a su trinchera, recuperó el saque de centro germano, y volvió a aplicar la
misma receta, aunque con envío aéreo de Carvajal que Vieirinha acertó a quitar
prácticamente de la cabeza a Cristiano.

El portugués, enchufado y voraz
como siempre, atacó con convicción el tiro de esquina resultante, servido
brillantemente por Toni Kroos, y subió el segundo con la testa, picando el
balón al ángulo más lejano y castigando la imperdonable tibieza de la zaga
alemana.

Con la eliminatoria equilibrada
en apenas dos arrebatos de su astro, el Madrid respiró hondo y
recalibró la situación, consciente de que un tanto del Wolfsburgo borraría gran
parte del camino recorrido. En ataques más medidos, Karim Benzema probó una
aventura individual finalizada con derechazo raso y la primera atajada de la
noche para Diego Benaglio.

El panorama se enturbió aún más
para el equipo de Dieter Hecking con la lesión muscular de Julian Draxler,
determinante en la ida, y que obligó al improvisado ingreso de Max Kruse.

Sin embargo, la retirada de su
estrella pareció despertar al conjunto visitante, que finalmente forzó una
buena estirada del costarricense Keylor Navas en zapatazo lejano de Luiz
Gustavo, y anudó momentáneamente la garganta de los aficionados madridistas en
otro claro arribo marrado por un mal control de Bruno Henrique.

Benzema pudo ampliar al filo del
descanso, pero Dante tapó su remate y, con la intensificación de la lluvia en
el segundo tiempo, cayó también otra buena ocasión para el Madrid, cuando
Luka Modric centró desde la izquierda y Josuha Guilavogui, forzado en el
intento de rechace, casi introdujo la pelota en su propio arco.

Con algo más de espacios, el
Wolfsburgo trató de estirarse en busca del gol que hubiera desequilibrado la
eliminatoria de nuevo, aunque se salvó por centímetros del tercero, cuando
Sergio Ramos estrelló un cabezazo en el poste y el balón transitó por la línea
de gol hasta acomodarse entre las manos y el trasero del arquero.

Poca distancia más, apenas el
espacio que ocupa la palma de una mano adulta, necesitó Cristiano para culminar
su obra maestra, al lanzar un tiro libre directo desde la frontal del área que
se coló entre Guilavogui y Naldo. Perforada la barrera, el balón superó a
Benaglio y encontró la red, además del sonoro estruendo de la grada, entregada
en cuerpo y alma al astro portugués.

Ebrio de coraje, el Madrid se
lanzó por el cuarto, y casi lo encontró en sendas combas de Benzema y su
sustituto, Jesé Rodríguez salvadas por el arquero.

Benaglio hubiera sido designado
el jugador del partido en cualquier otra ocasión, pero la noche admitía un solo
héroe, y este fue Cristiano, indiscutible líder de la mágica remontada del Madrid,
en su afán por conquistar su undécima copa de Europa.




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