El comandante saliente recomendó a Augusto Pinochet y Allende lo aceptó, 1973

Fabio Solano || solanofabio@hotmail.com

“A pesar del tiempo pasado, yo todavía no entiendo cómo el presidente nombró a ese general comandante del Ejército. ¿Es que no hubo nadie que advirtiera el peligro? Es verdad que el saliente lo recomendó como “apolítico”, pero todos sabemos que los militares son y serán políticos. No serán activistas, pero políticos sí. Ellos son de ellos. Piensan, actúan, deciden y ordenan, siempre pensando como militares. Eso está claro”. Luego de esa corta perorata, Fernando calló, esperando respuesta. Estaban en el cafetín de Economía, y luego de los cafés y los cachitos, nadie pensaba en levantarse.

Rojitas, una estudiante que vivía en el barrio El Polvorín, dijo: “Lo que pasa con ese general Pinochet, es que es un hipócrita, una guabina. Fíjense que cuando Fidel estuvo en Chile, el representante militar ante la delegación cubana era Pinochet. Anduvo 23 días al lado del comandante, y no pasó nada, ni dejó ver su anticomunismo. Resulta que en 1948 Pinochet era el jefe del campo de detención de los comunistas clandestinos en Pisagua. Con eso bastaba para tener un perfil, pero ahí falló la inteligencia cubana”.

Intervino Carlitos Silva, un pana de La Silsa, muy estudioso: “Miren, ustedes no saben nada. El problema de los militares es que funcionan corporativamente, por promociones y amistad. Eso es aquí, en China o en Rusia. Días antes de la proclamación de Allende mataron al comandante del Ejército, un general Schneider. Frei nombró a Carlos Prats como sustituto y Allende lo ratificó. Luego el presidente y el general se hicieron amigos y lo puso como Ministro. ¿Y quién estaba bajo el ala de Prats? Pues su amigo Pinochet y por eso pasó a ser jefe de Guarnición en Santiago, nada menos que de la fuerza más poderosa de la capital. Resultó que Prats se sostuvo políticamente al lado de Allende y a medida que el gobierno parecía más radical, el general se ganaba mucha animosidad entre los militares y en el sector civil también”. 

Rojitas quiso hablar, pero el negrito Silva prosiguió: “La gente ya no quería a Prats, lo insultaban en la calle y no podía salir en público. En junio del 73 en una cola de carros, le gritaron cosas y entonces el general, perdió la paciencia. Esgrimió un revólver y ordenó detener el vehículo a su lado. El conductor no hizo caso, y Prats disparó a la rueda trasera. Detenido el carro “enemigo”, resultó que el conductor era una mujer con el pelo corto. Se armó el escándalo: Un general disparando contra una dama”.

Fernando interrumpió y dijo: “Sí, ese cuento, me lo sé. De ahí en adelante la estrella de Prats se hundió y tuvo que renunciar. Pero, ¿por qué recomendó a Pinochet?” Y Rojitas insistió: “¿Es que no sabían que era anticomunista? No puede ser que en medio de todo aquello nadie se preocupara de investigar a Pinochet”. De nuevo Silva habló: “Ya les dije que militar es militar, y funcionan como clase. ¿Quién era el segundo de Prats? El general de división Augusto Pinochet. Por eso lo propone y Allende lo acepta sin restricción. Él sabe que no puede romper el orden y la costumbre militar. Menos en aquel momento con el país inmerso en una gran crisis económica, con escasez altísima de alimentos, con un mercado negro del dólar y la gente en la calle protestando, con las ollas vacías. Allende estaba metido en un grave problema político, social y económico. No sólo tenía a sus adversarios haciéndole dura oposición, sino que internamente los suyos también estaban en una de sabotear su gobierno. Más aun, el golpe de Estado contra Allende lo planean los comandantes de la Aviación y de la Armada. Pinochet fue llamado a botón por los suyos, los militares, y se unió al golpe el 8 de septiembre. Durante el ataque a La Moneda, él fue quien controló el centro de telecomunicaciones para garantizar la sincronización de los planes golpistas. Luego Pinochet encabezó la junta militar, por ser el comandante de la fuerza con más peso: El Ejército. Después se convirtió en el dictador que todos sabemos, pero ese es otro tema”.




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