EFE
La aviación del régimen sirio y la de Rusia reforzaron este viernes sus bombardeos en el marco de una nueva ofensiva contra las zonas de la ciudad septentrional siria de Alepo controladas por la oposición, que causaron la muerte a decenas de civiles.
Esta escalada de la violencia se produce después del anuncio del Ejército sirio de que iniciaba operaciones en el este de la ciudad, y del fracaso de las conversaciones entre Rusia y EEUU para renovar el alto el fuego.
Al menos 70 personas murieron y decenas resultaron heridas en los bombardeos contra los barrios orientales en manos de los rebeldes y con unos 250.000 habitantes, según la Defensa Civil siria, un grupo de voluntarios que desarrolla labores de rescate.
Los también conocidos como "cascos blancos", galardonados ayer con el "Nobel Alternativo", indicaron en un comunicado que todavía hay desaparecidos bajo los escombros de las casas.
Los más de 60 ataques aéreos causaron gran destrucción en la infraestructura de la urbe, incluidos tres centros de la Defensa Civil.
Los distritos opositores golpeados por los bombardeos fueron Al Qateryi, Al Kalasa, Bab al Nairab, Al Maadi y Al Ferdús.
Fuera de la ciudad, en la periferia occidental, en poder de la oposición, la aviación siria y rusa también intensificaron sus bombardeos en las últimas 24 horas.
Quince civiles, de los cuales once eran menores de edad y varios miembros de la misma familia, fallecieron en el pueblo de Shaqatin, al oeste de Alepo, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció hoy en un comunicado los bombardeos "indiscriminados e incesantes" contra áreas civiles en la zona este sitiada de la ciudad.
En solo dos días, centros hospitalarios apoyados por MSF en el este de Alepo recibieron a 145 heridos y notificaron el fallecimiento de 23 personas.
"La ciudad no ha recibido ayuda ni suministros médicos urgentes", lamentó Carlos Francisco, coordinador general de MSF en Siria, quien destacó que en muchas zonas de la ciudad los heridos y los enfermos no tienen ningún lugar al que acudir y, simplemente, "se les deja morir".
El responsable de MSF describió la realidad de Alepo como "horrible", ya que "no existen las reglas de la guerra y en su lugar se lleva a cabo un ataque total a la vida de la población y a las infraestructuras civiles, incluyendo los servicios médicos".
Según el Observatorio, el objetivo de la nueva ofensiva del régimen y de las fuerzas rusas es dominar el barrio de Al Sukari y las áreas que quedan en manos rebeldes de Al Ameria y Al Sheij Said.
El bando del presidente sirio, Bachar al Asad, intenta forzar a los civiles a salir de estas zonas fuera de su control para que, una vez vacías, la comunidad internacional no responsabilice a Rusia del asedio a la población, agregó la ONG.
De hecho, la Comandancia de las Operaciones Militares en Alepo del Ejército sirio anunció anoche el inicio de una nueva ofensiva y pidió a los civiles que se mantengan alejados de "las posiciones de los grupos terroristas", como se refieren a los rebeldes, según el comunicado difundido por la agencia oficial SANA.
Todo esto convierte en remotas las posibilidades de retomar el alto el fuego, que estuvo en vigor una semana hasta el pasado lunes, pero se terminó sin que pudiera suministrarse ayuda humanitaria.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, mantuvieron hoy una breve conversación en Nueva York sobre Siria que no produjo los avances suficientes para renovar el alto el fuego en el país.
Mientras Washington acusó ayer a Rusia de falta de "seriedad", Moscú subrayó hoy la necesidad de "separar" a los grupos terroristas de la oposición moderada para que pueda tener éxito una tregua.
La tensión entre rusos y estadounidenses se ha disparado además por el ataque contra un convoy humanitario el pasado lunes, del que Washington responsabiliza a Rusia, ya sea por haberlo llevado a cabo directamente o por haber permitido hacerlo a tropas sirias.
Por ello, Francia defendió la creación de un mecanismo compuesto por varios países para supervisar de forma "objetiva" una nueva tregua, en el que participen los países del Grupo Internacional de Apoyo a Siria.